El hijo de la mujer asesinada en Barbastro trató de reanimarla después de que su padre la acuchillara
El acusado de asesinar a su mujer en Barbastro, antes del inicio del juicio
Huesca
El hijo menor de edad que estaba presente cuando su madre fue asesinada en Barbastro a cuchilladas a manos de su padre, del que se había separado tras denunciar un episodio de maltrato, trató de reanimarla cuando estaba tendida en el suelo en un charco de sangre, e incluso trató de detener la hemorragia que le salía del cuello al tiempo que le practicaba el boca a boca. Esta declaración forma parte de la exploración que le fue practicada al menor tras los hechos, que tenía 13 años en ese momento, y que ha podido escuchar el jurado popular encargado de enjuiciar a Abdelkader M., que se enfrenta a 27 años de prisión en la Audiencia de Huesca por el asesinato de su exmujer, Hazna, la tarde del 30 de junio de 2021 en el domicilio en el que vivía junto a su hijo y a otros dos de 1 y 5 años, y que el acusado le instaba a vender para repartirse el dinero.
En la grabación reproducida durante la vista, el menor relata que tras escuchar la discusión que mantenían por la venta del piso, vio a su padre que se dirigía a la cocina, cogía un cuchillo y se abalanzaba sobre su madre al tiempo que le espetaba "ahora sí que vas a venderlo".
Ha manifestado que el acusado le hizo dos cortes a su exmujer mientras ésta le pedía que no lo hiciera delante de los niños y que posteriormente le dio dos bofetadas que la hicieron caer al suelo, donde siguió apuñalándola.
Este menor ha explicado que mientras su padre se sentaba en el suelo en actitud de espera, llamó a emergencias para pedir una ambulancia y trató de reanimar a su madre, a la que ya no detectó el pulso.
En la grabación, el menor admite que se llevaba "mal" con su padre porque era "un enfermo mental", pero que cada quince días aceptaba ir a quedarse con él de fin de semana para que le "dejara tranquilo", porque decía que "por ley", tenía derecho a quedarse con él "un par de días".
Y ha expresado su deseo de quedarse en Barbastro a la instructora del caso, a la que ha manifestado que no quiere que su padre "se acerque" a él ni a sus hermanos. Posteriormente ha declarado una vecina que escuchó la agresión por el patio interior del bloque de viviendas donde ocurrieron los hechos y que ha relatado que escuchó una voz masculina que gritaba "toma, toma, toma, porque eres mala, mala, muy mala", así como un golpe cada vez que pronunciaba cada palabra. Esta mujer ha explicado que después de un intento fallido de entrar en la casa alarmada por la situación de los menores, avisó a una amiga marroquí de la fallecida que vivía en el mismo bloque y juntas bajaron y consiguieron entrar en el piso, donde tras ver que estaba todo lleno de sangre, cogieron a los niños para llevárselos.
Y ha añadido que en el ascensor, de camino a la planta donde vivía la amiga de la víctima, el hermano mayor insistía en que su madre no tenía pulso y que el mediano preguntaba de forma insistente por su padre.
El testimonio más intenso ha corrido a cargo de esta amiga, quien ha admitido que la víctima le había manifestado en reiteradas ocasiones que "no podía más", que quería divorciarse tras 13 años de sufrimiento con su pareja y que tenía miedo de que le pasase algo a ella y a sus hijos.
Esta mujer, con la que viven los tres menores desde que ocurrieron los hechos, ha explicado entre lágrimas que cuando el acusado asesinó a cuchilladas a su exmujer, "mató a dos personas más", en referencia a los dos hijos de mayor edad. Tras el testimonio de otra mujer que también escuchó al niño mayor gritar "la ha matado, la ha matado" y al mediano contestar, desde un rincón del patio interior "pero ¿la ha matado de verdad?", ha comparecido un amigo de la víctima, un guardia civil que se reunía ocasionalmente con ella junto a su mujer, también de origen marroquí.
Este testigo ha explicado que la víctima les relató en diversas ocasiones que tenía miedo de su exmarido y que por esa razón había aceptado vender su piso y que éste era "muy celoso" y que, además, "no estaba de acuerdo con que su pareja trabajara, que debía quedarse en casa".
Ha añadido que en las diversas ocasiones en que los hijos de la víctima se habían quedado en su casa a dormir, el hermano mayor les contó cosas "muy duras" en relación al día en que ocurrieron los hechos, entre otras que mientras trataba de taponar el cuello a su madre y de hacerle el boca a boca, su padre, sentado en el suelo, le decía "¿qué haces? ¿no ves que tu madre está muerta?". Según este testigo, desde el día del crimen, el hermano mayor se muestra "muy triste y callado", mientras que el mediano, que también suele permanecer en silencio, se despierta las noches "llorando y llamando a su madre".