Teruel, un destino de contrastes

Zaragoza

Teruel es un destino de interior con cientos de atractivos para los visitantes. La transformación del sector turístico ha sido progresiva y es en la actualidad un pilar fundamental en la economía de la provincia.

Hace un par de décadas había pocas plazas hoteleras, restaurantes que cerraban en domingo y un patrimonio cultural y natural ingente que no se valoraba como recurso en torno al que generar actividad y riqueza.

En la actualidad, se suman 22.570 las plazas hoteleras de todo tipo. Son un 57% más que las que había hace 10 años.

La nieve no es exclusiva de Pirineo oscense y atrae a la comarca de Gúdar - Javalambre a esquiadores del Levante. Benito Ros, que fue alcalde de Alcalá de la Selva, explica que "en mi pueblo, con 400 habitantes, tenemos casi 1.600 viviendas de segunda residencia".

Pero si ha habido un motor turístico en la capital ha sido la paleontología. Alberto Cobos, director de la Fundación Dinópolis, recuerda que "en 1998, para lo que es la creación de Dinópolis, el Gobierno de Aragón optó por crear la fundación y por tener paleontólogos desde el principio, y hacer ver cómo la ciencia era fundamental dentro de este proyecto".

Otra fundación, la de Santa María de Albarracín, ha demostrado que conservar y recuperar el patrimonio monumental hace lugares únicos, y el Maestrazgo se ha convertido en un destino que apuesta por la diferenciación, elegido cada vez más por turistas internacionales.

Y Galáctica ha abierto este verano después de años de espera, un hito para el turismo de las estrellas.

Todos estos recursos, junto a la gastronomía, la historia o las actividades en la naturaleza hacen de Teruel un destino de contrastes, aunque cada año crezca el número de visitantes.