Este otoño, siente Teruel

Teruel

Teruel es como una máquina del tiempo. Una provincia de contrastes en la que cada rincón tiene un espacio para un apartado de la historia. Pero, además, es una tierra de naturaleza y vida donde oler y observar la magia del otoño. Los rojos, amarillos, naranjas y ocres brillan bajo unos cielos que presumen de la distinción de Reserva Starlight. Su claridad y limpieza muestran la autenticidad de este territorio. Su compromiso con la calidad. La apuesta por la sostenibilidad.

Viaje por la historia

Con todos los lujos y comodidades de la actualidad, la provincia turolense te invita a conocer el devenir de sus pueblos y de nuestro planeta a través de las huellas. Algunas son gigantes. Las de los dinosaurios, que han hecho de esta provincia un referente internacional para la Paleontología. Aquí se hallaron hace ahora 150 años los primeros fósiles de estos animales.

Continua el viaje. Pisamos con nuestros pies los caminos que un día vieron las aventuras descritas en el Cantar de mío Cid. Una ruta turístico-cultural que puede recorrerse a pie, en coche, bicicleta o, incluso, a caballo. Esta etapa por la provincia de Teruel ofrece la oportunidad de descubrir el importante legado histórico y cultural que dejó la figura del Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador en estas tierras por su ansia de reconquistar la ciudad de Valencia de los musulmanes.

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Aprovechamos el sol del medio día y visitamos Montalbán, Peñarroya de Tastavins, Muniesa y algunos de los pueblos del Valle del Jiloca. Apreciamos el arte mudéjar de estas localidades, que tiene excelentes ejemplos en las torres de San Salvador y San Martin de la capital. Su cerámica vidriada pintada en blanco, verde y azul nos hace revivir la convivencia de diferentes culturas.

Motivos para presumir

Queremos reponer fuerzas antes de seguir nuestro recorrido por la provincia del Frescalor, el Tranquitenso, el Cosmopueblita y el Rapilento. Eso es precisamente lo que la hace especial. Las sensaciones contrapuestas que en cualquiera de sus rincones se experimentan.

Paramos en uno de sus 236 municipios. Aquí se concentran el mayor número de Pueblos Bonitos de España. Hasta siete llevan esa marca. Y hay otros muchos motivos para enorgullecerse de vivir en esta provincia que quien no conoce desea descubrir, y que quien descubre quiere recorrer. El suelo de la comarca Gúdar-Javalambre, oculta otra de las razones para presumir y venir. Desde esta zona se abastece al mundo con su trufa negra. Su recogida es una experiencia turística. Este manjar una de las muchas opciones cuando nos sentamos a la mesa. Sabemos que no podemos irnos sin probar el jamón, el aceite de oliva, el azafrán, el ternasco, los quesos o el melocotón. La gastronomía turolense es tradición y modernidad. De nuevo los contrastes. Como los contratiempos de la rutina que en esta provincia se llevan con una tranquilidad que resulta envidiable.

El legado de la guerra

Continuamos con el trayecto y llegamos a la parte más fea de nuestra historia, la Guerra Civil. Durante la Guerra Española (1936-1939) el sur de la provincia de Teruel se convirtió en un emplazamiento estratégico.

Así, algunas de las batallas estratégicas más importantes de la contienda tuvieron lugar en esta zona, dejando muestras de un importante patrimonio histórico-militar hoy recuperado gracias a la Ruta de las fortificaciones defensivas de Sarrión, o la de las cárceles en el Matarraña.

Rutas naturales

Dejamos el asfalto, esos caseríos que invitan a volver y en los que no se deja de escuchar el canto de los pájaros.

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Hoy hemos escogido una de las rutas de los monumentos naturales donde el otoño sobrecoge. Nos ha costado decidir entre las Grutas del Cristal, localizadas en la población de Molinos, en la Comarca del Maestrazgo. El Puente de la Fonseca, en las proximidades de Ladruñan o la ruta de Órganos de Montoro, situada a los términos municipales de Ejulve y Villarluengo. Nos decantamos por el nacimiento del Río Pitarque, en pleno Maestrazgo.

Volvemos al hotel. Es amplio el abanico de opciones. Nos costó decidir donde alojarnos. Entre hoteles con encanto y casas rurales, masías con vistas a las montañas o antiguos monasterios en los que lejos ha quedado la austeridad. Para esta ocasión, hemos querido conocer lo que un día fue el hogar de monjes. Aquí lo tenemos todo. Tranquilidad y sencillez, pero a todo lujo.

Teruel era un lugar que teníamos en la lista de sitios a los que acudir, ahora se ha convertido en nuestro lugar preferente. Visita la web de Turismo de la Diputación y Siente Teruel.