UPA Aragón traslada a la Comisión Europea su preocupación sobre las nuevas propuestas en materia de bienestar animal
Inteior de una granja de pollos
Huesca
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos en Aragón ha trasladado a la Comisión Europea, sus reservas sobre algunas de las medidas que se baraja incluir en la propuesta sobre bienestar animal basadas en las recomendaciones que ha trasladado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a la Comisión y que, previsiblemente serán aprobadas a finales del tercer trimestre de 2023.
José Manuel Roche, en nombre de UPA Aragón ha manifestado, en su intervención en el Comité Económico y Social Europeo, sus dudas en estas y otras cuestiones que supondrían una debacle para muchos ganaderos que les obligaría inversiones muy costosas y en el peor de los casos al cierre de cientos de explotaciones.
UPA ha mostrado su “rechazo total” a cualquier medida destinada a prohibir el transporte de animales. En este sentido Roche argumenta que, países como España, debido a su localización periférica y a sus particularidades climatológicas, se verían afectados de manera “muy negativa” en términos de exportación si se prohibiera el traslado de animales vivos a otros países. Esta nueva legislación tendría un “impacto brutal” en el sector del porcino, con la importancia y el peso socioeconómico (empleo, territorio, PIB, etcétera) que tiene la producción de esta especie en Aragón. En este sentido, Roche subraya las diferencias que existen entre países de Sudamérica y Europa en legislación sobre bienestar animal, y las graves implicaciones que la entrada en vigor de las medidas que propone la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) podrían tener sobre MERCOSUR, teniendo en cuenta además que “dejarían una puerta abierta a prácticas de competencia desleal con terceros países” apunta José Manuel Roche.
Entre las principales recomendaciones presentadas por la EFSA, la otra medida que llama la atención es la propuesta de reducir la densidad de población animal en las granjas de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m². En otras palabras, si se aplica, esto significaría que la UE pedirá a los productores de aves de corral convencionales que realicen importantes inversiones en las granjas, mientras que el número de aves en un establo tendrá que reducirse en un 72%. En el dictamen de la EFSA se hacen recomendaciones similares para las gallinas ponedoras. En este sentido, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos denuncia que “el dictamen de la EFSA contiene unas conclusiones sin precedentes que, de aplicarse en estos términos, conducirían simplemente a la pérdida de la mayor parte del sector avícola europeo, carne y huevos combinados”.
Una debacle que se haría extensiva al resto de especies ya que esta y otras propuestas obligarán a los ganaderos a realizar elevadas inversiones, sin tener en cuenta los préstamos contraídos para cumplir las normas establecidas antes de 2012, de los que aún no se han recuperado totalmente. La aplicación de propuestas tan extremas tendría como consecuencia el cierre de pequeñas y medianas empresas en las zonas rurales, la pérdida de competitividad y el aumento de las importaciones, además de repercutir de manera negativa en el consumidor final debido al consecuente aumento masivo del precio de la carne que llevaría implícita la aplicación de estas nuevas medidas.