¿Cómo hacer cooperativas más competitivas sin perder la identidad?

En el medio rural aragonés, históricamente, ha sido muy importante el modelo empresarial cooperativo. En el contexto económico actual este tipo de organización está en revisión. Hacen falta cooperativas más fuertes y menos atomizadas que puedan competir en un mercado global, que impulsen las grandes transformaciones en las que está inmerso el sector primario. En la Federación Aragonesa de Cooperativas Agroalimentarias hay más de 160 cooperativas. Las provincias de Teruel y Huesca tienen más de 30 cada una. Crecer en volumen tendría que ser el objetivo de la mayoría de ellas. El hándicap está en hacerlas más grandes. Sin que lleguen a perder ni la autonomía ni la cercanía que para los socios tiene su cooperativa, a la que ven como su casa, opina Victor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón. Como Araceli Sierra, subdirectora de Cereales Teruel, Nogués defiende la función de las cooperativas en el territorio. Tienen una clara rentabilidad y función social además de la económica. Pero “necesitamos cooperativas fuertes y bien dimensionadas”, afirma Araceli. Que sean más rentables en el mundo actual, con más capacidad de influencia a la hora de vender sus productos, de comprar insumos, de ganar mercados…. En definitiva, que sean más competitivas y resilientes. De lo contrario, lo que crece es el riesgo de desaparición. Ambos comparten que la integración cooperativa que en otros momentos se impulsó no se fomenta en la actualidad en Aragón, y que cada vez son más los servicios que estas organizaciones empresariales de la economía social prestan a sus miembros. Ese es un motivo de preocupación, porque está relacionado con la carga de trámites y burocracia que tiene que asumir el ganadero y el agricultor. “Está creciendo la demanda que se hace por parte de todas las administraciones a todos nuestros agricultores”, asegura Araceli. Esta cooperativista convencida lanza además esta pregunta. “¿Qué queremos, agricultores o informáticos en el sector?”. Porque cada vez son más las exigencias burocráticas y eso no puede perjudicar al trabajo en el campo, opina. “El agricultor no puede estar más pendiente de si se sube una foto a la nube en lugar de si el surco está bien hecho”, comenta la subdirectora de la cooperativa de Cereales Teruel. Y los técnicos encargados de asesorar a los productores en sus labores agronómicas cada vez son más gestores y administrativos. Hay otros problemas que inquietan además al sector. Entre ellos destacan la pérdida de ilusión en el sector y la falta de relevo generacional. La de agricultor y ganadero es una profesión muy vocacional. Para incorporar jóvenes hay que dar valor a su trabajo y a la vida en el medio rural. Esa es una tarea que todos tenemos como sociedad. El cambio climático es otra de las amenazas. Una evidencia que comprueban en su día a día, con plagas nuevas que dañan las cosechas, variedades de leñosos y cereales con menos rendimientos por hectárea, oscilaciones térmicas y extremas, o precipitaciones más escasas e intensas. Todos estos temas se tratarán en el I+D Agro Teruel el 28 de marzo. No te quedes sin tu plaza.