Los 'Doce de Ateca' podrán regresar: "A vuestro padre lo han sacado de la fosa y lo han llevado al Valle de los Caídos"

Zaragoza

Más de 8.500 aragoneses, de ambos bandos, están enterrados en el Valle de los Caídos. El Tribunal Supremo ha dado luz verde a las exhumaciones de los restos de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista enterradas en el Valle de los Caídos al rechazar el recurso presentado por la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica.

En el Valle de Cuelgamuros se encuentran enterrados los cuerpos de cerca de 34.000 personas de ambos bandos cuyos cadáveres fueron trasladados en cerca de medio centenar de viajes macabros que comenzaron en 1959. Zaragoza y Teruel son dos de las cuatro provincias desde las que se produjeron un mayor número de traslados. En total, más de 8.500 aragoneses de ambos bandos que fueron sacados de fosas comunes y cementerios para reposar junto a los restos del dictador.

En un camión

"Allá por el año 1959 mi abuela le dijo a sus hijos: a vuestro padre lo han sacado de la fosa en la que estaba y lo han llevado al Valle de los Caídos". Relata Francisco Cansado, nieto de José Cansado, uno de los 'Doce de Ateca', "eran 12 hombres, entre ellos cuatro o cinco de la Corporación Municipal y otros vecinos del pueblo". Fueron llamados al Ayuntamiento de ahí los montaron en un camión el que estaba su abuelo, y su tío, fusilado por saludar, "pasaba por allí y vio a su hermano en el camión; le saludó; alguien le preguntó quién era y le dijo, "venga, tú también para el camión", y así se lo llevaron"

A aquel camión se intentó subir el hijo de José, por entonces un muchacho de 13 años que vio partir a su padre mientras un soldado le dijo que solamente le iban a interrogar. Nunca volvió a verlo, "desde la cárcel de Calatayud dijeron que los llevaban al Juzgado de Zaragoza. Pero a la altura de Morata, en la Nacional II, se desviaron a una fosa y allí los mataron"

Desenterrados 20 años después

Pero ahí no acabó el martirio de las familias. Los 'doce de Ateca' fueron fusilados en 1936 y sus cuerpos se sacaron de la fosa en 1959 para ser trasladados al Valle de los Caídos, "alguien se lo dijo a mi abuela, no sabemos cómo se enteró, pero le dijo a sus hijos que los habían llevado al Valle de los Caídos". Los robaron junto con más de 80 cadáveres de represaliados de Calatayud.

El padre de Paco solo pudo ver la tierra revuelta unos días después "escarbó y encontró unos huesecillos pequeños, los metió en una bolsica y se los entregó a su madre. Los guardó toda la vida y cuando murió, en el año 1982, con ella se fueron"

Una vez asesinado, a la familia se le impuso una multa de 1.500 pesetas y se les despojo de todo. La viuda y sus hijos tuvieron que rehacer su vida fuera del pueblo. Durante la dictadura, la familia mantuvo en silencio la ausencia del padre. Su viuda falleció sin poder reclamar el cuerpo.

La sentencia de los Hermanos Lapeña

Pero la Ley de Memoria Histórica abrió una nueva puerta que afianzó la sentencia de los hermanos Lapeña, también aragoneses, cuyos familiares fueron de los primeros en reclamar judicialmente los cuerpos y la sentencia a su favor abrió la puerta a la retirada de los restos del Valle de los Caídos. Esta nueva decisión del Supremo ratifica su decisión y vuelve a generar esperanza.

Paco y su familia saben perfectamente dónde están los restos de su abuelo, "tenemos constancia de que en el archivo del Valle de los Caídos contempla que la caja 2.069 pertenece a los 'Doce de Ateca', que está en el piso tercero de la cripta del sepulcro y que de las 2.070 a la 2.079 pertenecen a los 81 de Calatayud"

Ahora solo queda que la ley se cumpla y puedan volver a casa para cerrar heridas que siguen supurando desde 1936.