Sociedad

Éxito del descenso de nabatas por el Gállego marcado por el bajo caudal

Una de las nabatas realizó un trompo de 360 grados pero los nabateros lograron reconducir la situación antes de uno de los pasos más complicados

Descenso complicado pero exitoso de las nabatas por el Gállego

Huesca

Este año se ha podido realizar finalmente un buen descenso de nabatas pese a la preocupación por el bajo caudal del río dada la ausencia de precipitaciones en los últimos meses. El río ha tenido algo más de caudal del que bajaba los últimos días y se ha podido realizar un buen descenso.

Aunque normalmente bajan una nabata de tres trampos y una de dos, este año han bajado dos nabatas de dos trampos más manejables para afrontar la falta de caudal. Por la misma razón se ha reducido el número de los nabateros en cada una de las nabatas para aligerar el peso.

Para mejorar la seguridad se ha contado con dotaciones de bomberos de la Diputación provincial de Zaragoza y de la Diputación provincial de Huesca para aumentar la seguridad, así como del club de Aguas Bravas de Murillo de Gállego que ha bajado con sus instructores y los jóvenes alumnos y alumnas que han dado colorido a la bajada

Es de destacar un pequeño incidente que ha sufrido una de las nabatas que al tocar con una de las piedras en una de las orillas, ha dado una “pinta-coda”(trompo de 360 grados), aunque los nabateros han conseguido volver a reconducir la nabata antes de llegar a uno de los pasos más complicados del río que es “la lavadora”.

Pese a esto el descenso se ha desarrollado sin más incidentes aunque ha precisado de toda la experiencia y pericia de los nabateros.

Han salido consecutivamente. Ambas salidas han sido muy adecuadas, con una buena toma de corriente que ha puesto a prueba la habilidad y el equilibrio de los nabateros. El público ha sentido de cerca el riesgo y la emoción que conlleva esta práctica.

Hay que tener en cuenta que cada trampo pesa más de una tonelada y hay que tener cuidado en su manejo para mantener el equilibrio y no poner en riesgo la seguridad de los nabateros y nabateras.

Ambas nabatas han pasado bien los dos pasos complicados anticipando con mucha distancia las maniobras. Debajo del puente de Murillo se ha realizado con pericia pese a la gran velocidad que han cogido al concentrarse la corriente por un canal estrecho de agua que se forma entre la cimentación del puente. El segundo paso conocido como "la lavadora" complicado por el trazado del río con curvas y bloques de piedra caídos también se ha sorteado con destreza y rapidez.

En ambos pasos y en otros lugares con más oleaje la nabata se hunde parcialmente remojando bien a los nabateros.

En esta ocasión también os nabateros han estado astutos para poder parar las nabatas en la zona de "a barca" de Santolaria para cumplir con la tradición de una pequeña parada para reponer fuerzas en donde también numeroso público acompaña el almuerzo nabatero.

Para finalizar se ha realizado el último tramo con unos rápidos y una curva complicada en la zona del molinaz en la que también hay que esquivar la pilona del antiguo puente medieval conocido como "pontaz". La llegada por al Puente de Hierro abarrotado de gente que aplaudía y vitoreaba ha sido muy emocionante.

Una de las nabatas ha realizado una vuelta pinta-coda que visualmente es muy atractiva y que supone un último esfuerzo nabatero.

La parada final en la playa aguas abajo del puente también ha precisado de habilidad para parar.

Este emocionante descenso ha demostrado la consolidación de este referente turístico en la Comarca de la Hoya de Huesca, que ha contado de nuevo con mucho público tanto en la salida y en el Puente de Murillo de Gállego como en la llegada en el puente Santa Eulalia. En los pasos de los puentes y en la llegada, los coches han llenado toda la carretera y las playas aledañas para ver pasar las nabatas.

La climatología ha acompañado con su buen tiempo a los nabateros durante todo el recorrido, agradeciendo su trabajo en estas duras condiciones.

Este año ha sido especial también por ser el primer año que bajan habiendo sido declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y también coincide con la celebración de la fiesta de la victoria contra el pantano de Biscarrués que continuará con más actos los próximos fines de semana.

Antes de la salida, el numeroso público que acompañaba a los protagonistas de la jornada ha conocido la historia nabatera del río Gállego, documentada desde la edad media, y ha podido conocre de cerca el trabajo realizado con los berdugos, barreros, remeras, acopladeras y trampos.

La espera en el puente de Hierro y la salida ha estado amenizada musicalmente por el grupo os Gaiters d´a Tierra Plana y Bucardo Folk que ha entretenido la espera.

A la llegada a la playa los familiares han abrazado efusivamente a los nabateros y tanto vecinos de la zona como público han podido fotografiarse y felicitarlos en persona por el buen descenso realizado.

Este rato se ha alargado más de una hora pues muchas eran las personas que querían llevarse este recuerdo en forma de fotografía.

Una comida de casi doscientas personas en Biscarrués de convivencia y celebración del éxito tanto del descenso de nabatas como de las Jornadas del río Gállego ha puesto el broche de oro a estos intensos días de trabajo nabatero en la Galliguera.

Este descenso ha estado acompañado por compañeros nabateros de la Val de echo y también de la Comunidad Valenciana.

 
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