La Diputación de Zaragoza no participará en la nueva Romareda

Zaragoza

La Diputación de Zaragoza se desmarca de la sociedad mixta para construir la nueva Romareda. “No vamos a participar”, ha dicho hasta en cuatro ocasiones el presidente de esta institución, Juan Antonio Sánchez Quero. Una decisión que toma con el consenso del resto del gobierno de la Diputación, formado por PSOE, Izquierda Unida y Chunta Aragonesista, tras entender que “tenemos que atender antes las necesidades de 292 municipios de la provincia de Zaragoza” y poner dinero para construir una nueva Romareda no es una prioridad.

Pero no es el único motivo, ya que afirma Sánchez Quero que financiar la Romareda “es competencia exclusiva de Ayuntamiento, que es el propietario del campo”. Además, aseguran que a día de hoy el PP no les ha presentado ni un solo papel sobre este proyecto. Y la inseguridad que les genera esta falta de información les ha llevado a tomar esta decisión, de forma que la diputación no formará parte de la sociedad mixta que plantea el Ayuntamiento de Zaragoza, junto al Gobierno de Aragón y el Real Zaragoza para construir un nuevo campo de fútbol.

Palabras de Sánchez Quero, acompañado de las portavoces socialistas en el Ayuntamiento de Zaragoza y las Cortes de Aragón, Lola Ranera y Mayte Pérez. Los tres se han mostrado muy críticos con el PP por, dicen, liderar un "engaño" de proyecto.

Sin embargo, como partido socialista, están dispuestos a apoyar un proyecto viable para la Romareda, siempre y cuando “el PP presente un proyecto viable, serio y creíble. Y lo tienen que hacer a la junta de portavoces del Ayuntamiento. El grupo socialista municipal tiene la autonomía y todo el apoyo del PSOE para decidir qué es lo que hay que hacer. Si presentan este proyecto con estas condiciones, los socialistas lo apoyarán sin fisuras”, aseguraba Sánchez Quero.

Los tres han señalado directamente a la alcaldesa, Natalia Chueca, y a su predecesor, Jorge Azcón, de estar “engañando a los zaragozanos” con un proyecto fallido que, aseguran, sabía que iba a fracasar, y de utilizar “como arma electoral” la Romareda.