BonÀrea abrirá una planta de frutos secos en Épila a finales de año
La inversión final del Grupo Guissona rondará los 400 millones de euros y se espera que, dentro de seis años, trabajen 4.000 personas
Zaragoza
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha visitado esta mañana las obras del complejo agroalimentario que el Grupo Guissona está desarrollando en Épila. El director de energía de BonÀrea, Andreu Puig, explica que "la nave de lavadero de cajas está ya operativa y la línea está en fase de pruebas".
En el complejo de Épila, donde Guissona ha invertido hasta el momento 200 millones de euros, ya hay 80 personas trabajando. Y lo que funciona es la nave logística. El presidente de BonÀrea, Jaume Alsina, desarrolla el proceso de distribución: "Vienen los camiones y desde aquí se hace la distribución a las tiendas más cercanas que son aproximadamente unas 100".
A final de año estará operativa la planta de frutos secos que tiene "15.000 metros cuadrados y produce una cantidad de 4.000 kilos de almendras por hora".
Épila es el futuro
El presidente de la compañía ha dicho que la planta de Guissona en Lleida ya ha alcanzado su máxima capacidad y por ello la apuesta para el futuro es Épila.
Y, por su parte, Jorge Azcón ha afirmado que seguirá apoyando de forma decidida este complejo: "Es un proyecto que se inició por el anterior equipo de gobierno y que ahora nosotros nos toca seguir apoyándolo decididamente para que la inversión se pueda culminar".
Esta inversión final de BonÀrea rondará los 400 millones de euros y la previsión es que en ese centro agroalimentario, dentro de seis años, trabajen cerca de 4.000 personas. Con esta apuesta a futuro se verá beneficiado el sector primario aragonés también porque "BonÀrea va a tener relaciones comerciales con cientos de agricultores y de ganaderos que podrán suministrarles su producto para que acabe en las tiendas".