Ramón y Cajal ya tiene su propio espacio en el Paraninfo

Zaragoza

Ramón y Cajal es por derecho propio un aragonés universal. Por estas tierras discurrió una parte de su vida, y fue en Zaragoza donde estudió Medicina como siempre había querido su padre. Alberto Jiménez Schumacher, comisario de la exposición, señala que la exposición trata de hacer un repaso a "cómo se forjó su persona, que venía de una familia muy pobre, es una visión que va desde el hombre hasta el científico y el intelectual".

Especial atención a su lado más humano, de hecho, apunta Schumacher "nos imaginamos a Cajal como un señor mayor, pero fue muy rebelde, travieso, inquieto y con sed de aventuras que escribió, o hacía fotografía". Pero también se mira a sus importantes aportaciones para la ciencia, porque como "era un regeneracionista inicialmente, luego ya fue más pragmático y tomo acción para cambiar la sociedad, creando programas de estudios para internacionalizar a los investigadores". Gracias a él, España fue durante un tiempo la cuna de la neurociencia.

Entre las muchas curiosidades que recoge la exposición nos encontramos con un atlas anatómico de gran tamaño, que custodia la Biblioteca Universitaria y que está cedido por un mes, y dos microscopios , entre ellos el conocido como "el zaragozano" porque se lo regaló la Diputación y fue con el que descubrió la identidad de la neurona.