Las 163 vidas invisibles de las aceras de Zaragoza

Zaragoza

163 historias de vida a pie de acera, 163 vidas invisibles. Son las personas que duermen - cada noche - en las calles de Zaragoza. Las pocas estrellas, las farolas, los soportales o cajeros automáticos se convierten en un dormitorio de hombres y mujeres en situación de sinhogarismo, y que han sido contabilizadas en el último conteo del Ayuntamiento de la capital aragonesa y la Cruz Roja, con más de 350 voluntarios que recorrieron la ciudad, dividida en 15 zonas, en una de las primeras noches frías.

Con salida desde el Colegio Mayor Universitario Virgen del Carmen, sostiene el mapa de la zona asignada Alicia, la coordinadora del grupo que va a recorrer el Paseo Independencia, la plaza de Toros, el Paseo María Agustín y Conde Aranda: 41 hectáreas y 3 kilómetros de perímetro.

El objetivo, además de saber cuántas personas duermen al raso, es ofrecerles información de los recursos sociales existentes, como el albergue municipal o las viviendas tuteladas, y conocer sus condiciones de vida. Emilio, prejubilado y voluntario de Cruz Roja, es uno de los encuestadores.

En el Paseo de María Agustín cinco hombres, junto al pasaje Ebrosa, dejan pasar las horas, hasta que llegue la hora de dormir. Acceden a hablar con Cruz Roja.

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El recorrido prosigue, pero no todos quieren participar. En la glorieta Padre Juan Bonal, enfrente de la Plaza José María Forqué, dos hombres ya dormitan, al raso, en la esquina de unos jardines; disponen de colchones y mantas. Enfrente, en la Plaza José María Forqué, otra persona en situación de sinhogarismo ya descansa, tapada con mantas. Mientras, en un bar cercano, los clientes celebraban un gol en la Champions.

A este recuento se ha apuntado Belén, vecina de esta zona, para conocer las historias de las personas que viven y duermen en estas calles de Pignatelli y Zamoray: esta noche permanecen tranquilas, con una atmósfera de luz amarilla tenue.

Los pasos de los voluntarios siguen inspeccionando cada esquina, cada portal... para completar el conteo, en el que también está participando Manuela, una joven que desarrolla su voluntariado con niños en el Hospital Infantil, y Guillermo y Daniel.

El itinerario se dirige a la plaza Aragón. En el cajero de una entidad bancaria se refugia un hombre y en los soportales, a la entrada de un establecimiento, una pareja de 62 y 59 años se prepara para pasar la noche, pertrechados por una manta que sirve de colchón y un saco de dormir que les proporcionó hace tiempo la Cruz Roja. Proceden de Galicia y Murcia. Sus pertenencias a la espalda, en bolsas, y un carro de la compra. Cuando se hace de día, buscan el calor de la biblioteca.

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La noche concluye recorriendo los números pares del Paseo Independencia, la plaza Salamero y calles adyacentes.

Son las historias detrás de los datos, que arrojan un aumento: de 128 (en 2022) a 163 personas sin hogar. Esta estadística es la base para elaborar un nuevo plan municipal que dé dignidad y hogar a estos vecinos de Zaragoza.