El peligro de los Trastornos de Conducta Alimentaria

Barbastro, Binéfar y Monzón

Hoy volvemos a hablar de salud mental en nuestro espacio quincenal junto a Policlínicas SEAP de la mano de nuestro colaborador el psiquiatra Ángel Pedra. Con motivo de este reciente inicio del curso de las clases, continuamos en la línea hablado de una de esas problemáticas más habituales y serias en los jóvenes, el Trastorno de Conducta Alimentaria (TEA).

Éstos constituyen un conjunto de trastornos cuyo denominador común es el desarrollo de irregularidades en la ingesta de alimentos que no son causados por enfermedades médicas. Los trastornos de la alimentación se han convertido en una enfermedad que surgió a finales del siglo XX. Se trata de un trastorno que genera la preocupación por la figura corporal, la dificultad por mantener el peso dentro de los límites fisiológicos y la despliega de estrategias patológicas en relación con los hábitos de alimentación.

Algunos de estos trastornos pueden ser; la anorexia nerviosa, que es el trastorno mas significativo se caracteriza por la necesidad imperiosa del paciente de controlar el peso, con miedo a engordar que le lleva a la restricción de la cantidad de alimentos, con las consecuencias de cambios de carácter, amenorrea, alteraciones biológicas y conflictos familiares. Como dato a destacar, el 50% se recupera totalmente, un 30% se recupera parcialmente llevando una vida aceptable y un 20 % presenta sintomatología grave a lo largo de su vida.

¿Cuáles son las conductas adelgazantes que presenta la anorexia nerviosa? pues algunas como la disminución de la ingesta de hidratos de carbono, de alimentos, de líquidos, también la provocación de vómitos y la toma de laxantes y diuréticos. El aumento de ejercicio físico, puede ir acompañado además de conductas ya peligrosas como el engaño, escondiendo o tirando alimentos.

Existen casos de anorexia nerviosa que rozan la peligrosidad severa de la salud de la persona y podría llegar de necesitar un ingreso.

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Por otro lado, otro de los trastornos puede ser la bulimia nerviosa, esta se basa en los atracones de cantidades excesivas de comida a pesar de no querer hacerlo, por lo que posteriormente se provocan el vómito. La mayoría de las personas bulímicas anteriormente habían desarrollado una anorexia nerviosa que una vez recuperado el peso evoluciona hacia una bulimia. Además se acompaña de mucha impulsividad estando también presente la depresión y la ansiedad.

La peligrosidad de la bulimia viene con los atracones con conductas purgativas autoinducidas que se suelen ocultar y cuando se descubren a pasado a veces meses. Estas acciones pueden generar problemas cardíacos, la enfermedad de las encías por los vómitos, problemas digestivos , abuso de alcohol y/o drogas, hemorroides e incluso autolesiones, pensamientos suicidas, que pueden derivar en suicidio.

En cuanto al tratamiento, tanto de la anorexia nerviosa como de la bulimia, el doctor Ángel Pedra destacaba que se basa principal y esencialmente en el psicológico y el acompañamiento familiar. El farmacológico apenas ayuda a compensar algunas de las problemáticas que las dos conductas provocan en el cuerpo.