"La cultura urbana quiere imponer sus normas pero sin contar con el territorio"

Legislar desde los despachos alejados de los pueblos sin escuchar a quienes habitan las montañas, preocuparse más por la vivienda turística que por la de primera residencia o ser el 'jardín' de todo el mundo pero sin compensaciones, son algunos de los argumentos que en el Día Internacional de la Montañas pone sobre al mesa el presidente de EsMontañas -Miguel Gracia-, la asociación que reúne a los municipios de montaña del país.

Gran conocedor de los pueblos más pequeños, por su anterior cargo como presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, reconoce que la cultura urbana quiere imponer sus normas pero sin escuchar al territorio.

Los habitantes de las montañas siguen teniendo en la vivienda el gran problema para fijar población. Aunque- recuerda Gracia- los ayuntamientos tengan capacidad económica y hasta terrenos , por sí solos no pueden desarrollar al tener normativas y reglamentos "que vienen de lejos y no ayudan a los pequeños".

No es fácil vivir en la montaña y hacerlo , además, logrando un equilibrio entre la protección de los espacios naturales y la economía lo hace más complicado. Gracia explica que la cultura urbana reconoce el valor del territorio por la sostenibilidad , lugares de expansión , el " jardín" , zonas verdes y reservas de hábitats pero- añade- "no tenemos compensación, no existe y no se recompensa". "El legislador tiene que legislar y escuchar a la gente que vive allí que conoce el territorio"