El ejemplo de Artieda y el agradecimiento de sus nuevos vecinos de Senegal

Artieda

A mediados de enero se acabó el periodo de tres meses de acogida que el Ministerio gestiona para los migrantes llegados a Canarias y repartidos por todo el país. Muchos de ellos dejaron Sabiñánigo para reagruparse con familiares, pero algunos no tienen lazos personales en Europa y no sabían a donde ir. Desde hace 15 días Ibra, Kera, Yaya y Demba, de entre 20 y 27 años, viven en un espacio que el ayuntamiento tenía con literas para los peregrinos del Camino de Santiago, usan la cocina comunitaria del centro social y sus servicios públicos.

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La Plataforma Pro Refugiados del Altoaragón, que les conoce porque organiza las clases de español que realizan en Sabiñánigo, buscaron la solución. Raúl Ramón, miembro de la Plataforma ciudadana y vecino de Artieda, propuso esta idea a sus vecinos. El objetivo es alargar su estancia hasta que puedan conseguir un permiso de trabajo.

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La Plataforma ha recaudado fondos de habitantes de la zona y costea la manutención. El Ayuntamiento de Artieda cede un espacio con literas para que vivan, pero antes, convocó a sus vecinos y se cercioró de su apoyo.

Y el resultado está siendo muy positivo. Buena parte del pueblo se ha volcado, les ayudan con sus vehículos para ir a comprar y han conseguido voluntarios para clases de español seis días a la semana. Cada tarde se reúnen en el bar del pueblo, usan el polideportivo o, como en el caso de este fin de semana, la cocina del centro social del pueblo que utilizaron para convocar a los vecinos a una comida típica senegalesa.

Ellos tienen suerte, explican, porque han conseguido hacer el trámite legal de pedir asilo, algo que les da opciones para, pasados unos meses, solicitar un permiso de trabajo. Ese es su objetivo, poder trabajar y ayudar a su familia en Senegal.

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