Jesús Royo: " La administración trabaja bien. Asuntos como el de las mascarillas son las excepciones"

Zaragoza

Jesús Royo acaba de ser elegido y nombrado como presidente de la Cámara de Cuentas de Aragón, procedente del Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Zaragoza donde fue elegido por unanimidad de todos los grupos.

En La Rebotica de Radio Zaragoza recordaba que su labor es la "de fiscalizar, controlar la gestión no solo desde el punto de vista de la legalidad, sino buscando criterios de eficacia y eficiencia. Ver si se están empleando bien los recursos" . Gran volumen de su trabajo viene encargado desde las Cortes de Aragón: los gastos de funcionamiento de los centros educativos o el relacionado con el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón, por ejemplo, serán los primeros informes que deberá abordar. Asegura que tiene prisa por empezar ya, después de que los plazos se hayan prolongado por el proceso de renovación de la Cámara.

Jesús Royo llega al cargo con apuestas concretas. Pretende, por ejemplo, crear una unidad específica para pequeños municipios. "Seríamos la primera Cámara de Cuentas con una unidad para municipios que necesiten un apoyo mayor en materia de asesoramiento. Es muy importante acompañarles. También traernos de la mano a Diputaciones provinciales y comarcas", explicaba. Aunque su puesta en marcha dependerá, añade, de la disponibilidad presupuestaria con la que cuente.

Asimismo, Royo considera básico poder hacer un seguimiento de las recomendaciones que la Cámara de Cuentas incluye en sus informes. Reconoce que no tienen carácter coercitivo, pero quiere ayudar a que se puedan implantar y no queden en papel mojado. Por eso plantea también una unidad de trabajo específica.

Ante la alarma suscitada por el llamado "caso Koldo", Royo insiste en que "la administración traba bien, si no saldrían más cosas", pero este tipo de asuntos llaman mucho la atención, pero son las excepciones.

La Cámara de Cuentas debe abandonar su actual ubicación en el conocido "cubo", cuando comiencen las obras del estadio de fútbol de la Romareda. Han barajado posibles nuevos emplazamientos como el Pabellón de España de la Expo o el palacete de la Calle Lagasca. Ninguno convence por no tener capacidad suficiente para albergar a todos los trabajadores de la entidad o por el volumen de obra que sería necesario llevar a cabo para adecuar las instalaciones.