El jubilado acusado de enviar cartas bombas a Sánchez: "No tengo ni idea de hacer explosivos pero sé que el nitrato potásico suena a eso"

Zaragoza

Compró por Amazon productos para hacer explosivos caseros, buscó como hacerlos en Internet y se encontró su ADN en una carta bomba que envió, entre otros, a Pedro Sánchez. Pero este hombre ha declarado hoy en la Audiencia Nacional que todo ello es por su hobbie: el bricolaje.

"No tengo ni idea de fabricar explosivos. Sé que el nitrato potásico suena a explosivo pero ni idea", ha declarado Pompeyo González. Un jubilado de Burgos que supuestamente envió en 2022, seis cartas bombas a Moncloa, las embajadas de Ucrania y Estados Unidos o a la empresa armamentística Instalaza en Zaragoza. Ha negado que él enviara esas seis misivas. Este jueves ha finalizado el juicio que podría enviarlo a prisión 22 años de prisión.

Este hombre de 76 años eligió no declarar hasta que todos los testigos y peritos desplegasen las pruebas ante el juez de la Audiencia Nacional. Que por cierto, lo acorralaron. Compró por Amazon desde bisagras y clavos (usados como metralla) a nitrato potásico, un ingrediente explosivo.

También compró sobres y adhesivos que coincidirían con los enviados a las autoridades. Él ha defendido que todas estas compras son por sus aficiones.

Compró productos para hacer explosivos

"Tengo un hobbie que me gusta la aviación, tengo un dron donde practico y hago fotografía y vidrio. También me gusta el bricolaje y la marquetería suelo hacer cosas en casa para mi y algún conocido", ha declarado.

No solo hizo estas compras. También se encontró en su historial de búsqueda cómo fabricar explosivos. Así como canales de medios pro rusos. La Fiscalía defiende que con el envío de estas misivas bomba quería que España dejase de apoyar a Ucrania.

Un delito de terrorismo ven las acusaciones. Ven ya razón suficiente para su condena que apareciese ADN en las cartas que se enviaron al presidente del Gobierno. A lo que el acusado ha querido responder que esto se debe porque alguien tocó su basura. Y sobre las búsquedas en Internet, el acusado explicó que tenía mucho interés por conocer los elementos del país relacionados con el conflicto de Ucrania.

"Entiendo que esa inquietud que él manifiesta podrá referirse a organismos públicos pero una empresa que se llama Instalaza y que es desconocida. Lógicamente determina que él lo realizó con una clara finalidad", ha explicado el abogado de la acusación particular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (VMT).

La Fiscalía pide 22 años de prisión para este burgalés, la acusación particular 24 y la defensa la absolución. Ésta última cree que no hubo una alteración social suficiente para considerar terrorismo.