Sociedad

La Guardia Civil de Huesca reduce a chatarra 600 armas que estaban depositadas

La mayoría de las armas destruidas son escopetas y armas que llevaban más de un año depositadas

Algunas de las armas que han sido destruidas por la Guardia Civil de Huesca

Efectivos de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, trasladaron esta semana pasada un total de 600 armas de todas las categorías, hasta una empresa, donde fueron destruidas a través de un proceso de fundición.

Entre las armas destruidas había 282 escopetas, 42 rifles, 43 pistolas, 35 revólveres, 16 carabinas de aire comprimido, 9 armas cortas de aire comprimido, una ballesta, 139 armas blancas y el resto otro tipo de objetos considerados peligrosos para la seguridad ciudadana. Todas estas armas se encontraban depositadas en las diferentes Intervenciones de Armas y Explosivos ubicadas en Huesca, Monzón, Graus y Jaca.

Esta destrucción se enmarca en el Plan Integral de Control de Armas de Fuego (PICAF), dando así cumplimiento a la legislación nacional y a la Directiva de NNUU, sobre las armas.

De manera periódica, la Guardia Civil de Huesca, una vez realizados los trámites pertinentes y cumplidos los plazos de depósito establecidos, procede a la destrucción de todas aquellas armas que han sido intervenidas por estar implicadas en ilícitos, penales o administrativos, y aquellas otras que sus titulares han cesado en el derecho a la tenencia y uso, y no les han dado otro destino legal.

Con este plan de control, se pretende prevenir el tráfico ilegal de armas de fuego, la no recuperación de las armas inutilizadas, la no transformación en armas de fuego de las armas de alarma y señales o las de aire o gas comprimido, así como la fabricación artesanal de ingenios capaces de disparar cartuchería real.

 
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