Miel aragonesa, el oro dulce que hay que preservar
El cambio climático o las especies invasoras han reducido drásticamente la producción en los últimos años
Miel de primavera en la cocina de A Vivir Aragó
Zaragoza
Hace tres décadas, Carlos García impulsó la empresa Apícola Cinco Villas. En estos momentos cuenta con cerca de 1.500 colmenas. En los primeros años llegaron a obtener una producción de unos 30 kilos de miel por abejar. "Ahora es impensable", explica. Los pesticidas, el cambio climático o la llegada de especies invasoras que atacan a la cabaña de abejas locales están detrás de la merma. "Si llegamos a los 10 kilos, estaríamos hablando de una buena cosecha".
En estos momentos, con el campo en plena floración, las abejas se afanan en transformar el néctar que acabar convirtiéndose en la denominada miel milflores. Las monovarietales se producen en los intervalos de floración . La naturaleza se pone de acuerdo con los insectos: primero llegan a nuestros montes las flores de almendros, luego el romero y más tarde el tomillo, y de allí obtenemos las mieles de una sola planta
Para distinguir las de mejor calidad, nada como mirar la etiqueta. Con la reciente normativa deben aparecer los términos "miel producida en España". Solo dan garantía los productores que aseguran la trazabilidad del producto y que no incluyen añadidos como la glucosa.