Mermeladas: hay vida más allá de una tostada
La Vicora es la empresa de dos hermanas que desde Sediles concentran en botes la fruta del entorno
Zaragoza
Es el momento de recoger cerezas o albaricoques. Frutas sabrosas y coloridas que Carmen Pablo y su hermana Luisa se dedican a transformar en mermeladas artesanas. Lo hacen desde hace unos once años. Empezaron en una pequeña casa rural, ofreciéndolas a la hora del desayuno. Un test que permitió darse cuenta de que tenían tan buena acogida que podrían convertirla en un negocio.
Dicho y hecho. Hasta hoy, cuando producen unos 12.000 tarros al año. Parten de una fruta de cercanía en su punto óptimo de maduración para aprovechar todas sus propiedades y su dulzor, lo que así evita que haya que añadir azúcar. Trabajan con productor recolectado en Sediles y en el resto de la comarca. Las naranjas o las fresas llegan de otras comunidades y la setas, de Soria
Además de setas, también convierten en confitura tomates, cebollas o pimiento rojo y elaboran un gelificado con vino de Miedes. Productos que, una semana más, Claudia Polo ( @Soulinthekitchen) se lleva a su cocina. Nos propone hacer vinagretas, una alternativa agridulce con la que aliñar una ensalada. Apuesta también por los chutney. Las mermeladas, acompañadas con especias, cebolla y picante pueden ser un acompañamiento perfecto para una carne. Y si preferimos centrarnos en el postre, pueden ser el acompañamiento perfecto para el requesón, un yogur que llegarán a otro nivel si añadimos fruta fresca, coco o chocolate rallado