Más de 1.000 personas trabajando en el concierto de Bunbury: así se vive de puertas para adentro la actuación

Zaragoza

Zaragoza se prepara para despedir a la vieja Romareda. El broche de oro lo pone concierto de este sábado de Enrique Bunbury, para el que se han vendido practicamente todas las entradas, más de 28.000.

Esto de puertas para afuera, de puertas para adentro, trabajan en los preparativos más de 1.000 personas, entre montaje, producción, sonidos o seguridad. En este último, se ha preparado un dispositivo "de entre 130 y 140 empleados para mañana", entre vigilantes, personal de admisión y auxiliares que se encargarán de velar por la seguridad de los asistentes al concierto, explicaba en la SER el jefe de seguridad, Luis Álvarez.

¿Qué pasa si surge una emergencia? Álvarez pone el ejemplo de que se diera una fuerte racha de aire: "Nos reunimos todos en una sala donde está perfectamente ubicado todo el recinto, con sus accesos y zonas de evacuación, y donde analizamos y evaluamos cómo ejecutar la emergencia", apunta.

Se han preparado 15 accesos al recinto y las puertas se abrirán tres horas antes del concierto, que comienza a las 22.15. A los que acudan, Álvarez aconseja "que vengan con tiempo, por si en ese momento hay muchas personas viniendo de golpe pero, sobre todo, que se lo pasen y disfruten mucho del concierto".

El montaje del escenario termina este viernes a las 18.00 y, a continuación, empezarán las pruebas de sonido. Quedan 800 entradas por venderse. 14.000 son en pista y, el resto, en grada.

"Sentimientos encontrados"

El lunes comienzan las obras para construir el nuevo estadio y, en la cuenta atrás, sentimientos encontrados. Al menos para la alcaldesa, Natalia Chueca, que explica que "hay una cierta nostalgia en la ciudad, por todos los recuerdos que nos ha regalado la Romareda pero, el sentimiento que prima es que, por fin, después de 20 años y varios intentos fallidos, Zaragoza va a tener un estadio de primera".