Los trabajadores de Bosal aprueban con el 70% de los votos el preacuerdo alcanzado con la empresa
Triste desenlace para los 131 trabajadores de la planta de la empresa en Pedrola. Tras la última reunión mantenida con la dirección, no se ha conseguido lograr la máxima indemnización, aunque sí han llegado a un acuerdo para que reciban el pago de lo que la empresa liquide por ir a concurso de acreedores
Zaragoza
La planta de Bosal en Pedrola ha cerrado este capítulo con el peor de los escenarios planteados. Si la liquidez de la empresa después del concurso de acreedores alcanza la cantidad acordada en el preacuerdo, sí se podría indemnizar a los empleados. El problema es que si no se llega, tendrán que recurrir al Fogasa. Antes de que eso ocurra, el 70% de la plantilla ha respaldado el acuerdo que firmó el comité con la dirección en la última reunión de ayer. "Hemos llegado a un acuerdo con la dirección de la empresa en salidas pactadas a 26 días por año, con un máximo de 15 mensualidades. Sin embargo, esas cantidades van vinculadas al concurso de liquidación, ya que la empresa lleva argumentando desde el principio de la negociación que no había capacidad económica para asumir el coste de las indemnizaciones", explicaba David Chico, presidente del comité de empresa de Bosal.
Un desenlace que Ana Sánchez, secretaria general de Industria de CCOO, definía de triste, e instaba a las administraciones a una transición justa real en el sector del automóvil: "Yo la voy a calificar en primer lugar de triste, triste porque se destruye una actividad industrial en nuestra comunidad. Esto tiene que alertar a las administraciones a que eso de la transición justa en el sector del automóvil, lo sea realmente".
Algunos de los trabajadores que han votado no al preacuerdo, explicaban los motivos que les han llevado a ello. "El acuerdo en sí no me ha convencido mucho porque al fin y al cabo, después de la situación de insolvencia de la empresa, está claro que no vamos a cobrar un duro y que vamos a ir todos al Fogasa. Nos queda un sabor agridulce, porque desde el primer día prácticamente sabíamos que esto era lo que íbamos a percibir", concluía Raúl Tarragüel, uno de los trabajadores afectados.