Sociedad

Normalidad en el Hotel Montearagón donde viven 51 jóvenes inmigrantes

La Asociación APIP-ACAM, que los atiende, les da formación y trabaja también para poder integrar a alguno de ellos en el mundo laboral

Parte de los migrantes trasladados a la provincia de Huesca viven acogidos en el Hotel Montearagón, en una imagen de archivo.

Parte de los migrantes trasladados a la provincia de Huesca viven acogidos en el Hotel Montearagón, en una imagen de archivo.

Huesca

El antiguo hotel Montearagón, ubicado en el término municipal de Quicena, acoge desde el pasado mes de octubre a medio centenar de migrantes, que llegan a Canarias y que se van distribuyendo por diferentes Centros de primera emergencia para inmigrantes. En este hotel ya se instaló a decenas de ucranianos en los primeros meses de la guerra entre Rusia y Ucrania. Ahora son 51 jóvenes, de entre 18 y 30 años, procedentes de diversos países, como Mali, Uganda o Senegal, entre otros. No son fijos y van cambiando, conforme van siendo reclamados por familiares desde otras ciudades o países, y van llegando otros nuevos.

Rafael Blasco, alcalde de Quicena, indica que se les está dando formación y clases de español, además van a las instalaciones deportivas de la localidad para que se entretengan haciendo deporte. Indica que se comportan perfectamente y que en el municipio no tienen ninguna queja.

APIP-ACAM es la entidad, en un concierto con el Ministerio de Inclusión y Migraciones, que lleva la gestión del centro. Además de atender a los refugiados, se les forma e intenta ayudar, incluso, a encontrar trabajo.

De hecho, ha habido alguno del os chicos que se han mostrado interesados por trabajar. Quicena es demasiado pequeño como para tener esas oportunidades para ellos, pero a través de APIP-ACAM también se trabaja para que algunos puedan entrar en el mundo laboral.

Con horarios fijos de desayuno, comida, merienda y cena, los jóvenes pueden ir y venir. Tal vez la mayor preocupación que se tiene con ellos es por la carretera entre Huesca y Quicena por la que transitan. Por ello, Rafael Blasco recuerda con satisfacción que han conseguido que, a la hora de andar por la carretera, lleven el chaleco reflectante El resto, normalidad.

El alcalde de Quicena indicaba que la comunicación es fluida con la propia APIP-ACAM y con la Subdelegación del Gobierno, para comunicar cualquier cambio que pueda haber. Todos los días en el Ayuntamiento, asegura, tienen la relación de las altas o bajas que se hayan podido producir.

 
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