CEOE Aragón urge a la reapertura de los pasos transfronterizos de Somport y Bielsa
También pide inversión estructural en las conexiones con Francia, criticando las graves carencias que presentan
Huesca
CEOE Aragón manifiesta su preocupación por las graves consecuencias del cierre fronterizo que, en el caso del transporte por carretera, obligará a los centenares de camiones españoles que utilizan diariamente el túnel del Somport a tener que desviarse 300 kilómetros para acceder a Francia por la frontera de Irún, incrementando la congestión que permanentemente sufre este paso fronterizo.
Por ello, los empresarios aragoneses urgen al Gobierno de España a presionar a las autoridades francesas para agilizar al máximo la reparación y reapertura de la carretera afectada, como sí hicieron en 2018 en unas pocas semanas para permitir el desarrollo de una etapa del Tour. También deben optimizarse las labores de reparación y mantenimiento en la vertiente española y, excepcionalmente, considerar la apertura a la circulación de vehículos ADR de mercancías peligrosas de la N-230, que une Lérida con Francia por el paso fronterizo de Les, para evitar mayores desplazamientos.
La falta de inversiones y de una apuesta real por las conexiones transpirenaicas por el Pirineo central subyace tras estos cortes reiterados y exigen medidas para lograr unas conexiones propias del siglo XXI en la zona.
CEOE considera que el cierre de las comunicaciones con Francia por Somport y Bielsa ha vuelto a poner de manifiesto las graves carencias y falta de inversión que sufren las conexiones transfronterizas por el Pirineo aragonés. Es un problema que se repite constantemente, en este caso por los efectos de las fuertes lluvias de los últimos días, y que incide muy negativamente tanto en el transporte internacional por carretera como sobre la economía y actividad de las localidades y comarcas cercanas.
En este caso, además, el anuncio de las autoridades francesas de que el tráfico por la RN 134, que conecta con el túnel de Somport, puede permanecer cortado durante 6 meses pone también en jaque la próxima temporada de esquí, con su consiguiente perjuicio para el turismo, la restauración y el comercio de la zona.