Sociedad

Un mes del cierre del Somport: las cuentas no salen

El parón saca a la palestra las deficientes comunicaciones en el Pirineo aragonés

Lluvias en Urdos, Francia. C. García

Lluvias en Urdos, Francia. C. García

Zaragoza

El cierre del túnel de Somport hace un mes arrastra al transporte de mercancías por carretera y al sector de la logística en Aragón: más kilómetros, más combustible y cambios de turnos. La tormenta dejó inutilizada la carretera en el lado francés y el gobierno galo prevé que en el mes de enero podría abrir al tráfico. Este parón ha puesto sobre la mesa, una vez más, las deficientes comunicaciones en el Pirineo Aragonés, porque el Portalet no es suficiente. Entre las soluciones, la Travesía Central del Pirineo.

Por Irún, en el País Vasco, o por La Junquera, en Cataluña. Son las rutas para el gran tonelaje. Las cuentas no salen y la rentabilidad cae como reconocía Ángel Gil, gerente del Clúster de la Logística en Aragón. Si el túnel ferroviario del Canfranc estuviera abierto, la situación sería muy diferente, porque aumentaría el tráfico de mercancías, pero en Francia, las gestiones son lentas. Por ello, apuestan por abordar la Travesía Central de Pirineo "no puede ser que en España tengamos dos únicas conexiones con Francia que están muy saturadas, por eso habría que buscar esta tercera vía y no sólo para Aragón".

Por el momento, en el clúster no se han cuantificado las pérdidas de los últimos 30 días. Más escépticos se muestran en TRADIME, la asociación de empresarios de transporte de mercancías. Como apunta su presidente, José Antonio Moliner, ahora toca hacer más kilómetros y más horas de trabajo en la cabina del camión para hacer lo mismo y cumplir con el tacógrafo. Las jornadas laborales se multiplican, en un sector sin relevo generacional. Entre las consecuencias, el encarecimiento de los productos y se ponen pegas a la exportación, especialmente a la agroalimentaria.

Negocios cercanos al Somport

Este mes ha sido largo para los negocios más cercanos a la frontera del Somport. Trabajadores, tiendas o gasolineras lo han notado en su facturación. Sofía Martín que ostenta un estanco en Canfranc calcula que el descenso es de un 80%. Asegura que con esta situación no hay trabajo para las dos personas que hasta entonces estaban en su establecimiento "se ha notado mucho bajón, y trabajo hay para uno y de sobra".

Confía en que en enero se pueda abrir el paso, tal y como señalaban las autoridades francesas, para poder recuperar sus negocios. De momento, el ayuntamiento de Canfranc ha solicitado ayudas para los afectados.

 
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