La cocina ¿para cuándo?

Zaragoza

¿Dejarías a tu hijo en un comedor escolar cuyo menú ofrece una o dos veces a la semana verdura y únicamente en crema?. La comunidad educativa lleva años trabajando en conseguir unos comedores nobles. Las AMPAS han mostrado su preocupación por los comedores de línea fría y están intentando recuperar las cocinas para los centros.

En el colegio María Moliner, en el barrio de San José de Zaragoza, llevan tiempo reclamándolo como explica la secretaria del AMPA, Alicia Eraso, "llevamos muchos años luchando, lo único que queremos es que nuestros hijos e hijas puedan comer de forma saludable". Han hecho caceroladas, que repiten este jueves, presentado escritos pero de momento sin éxito "llevamos desde el 2018-2019 luchando. Tenemos un proyecto hecho, proyecto visado por el ayuntamiento, un compromiso con la plataforma Come Pública". Pero no sólo eso, en este centro se firmó el Pacto del María Moliner en 2019, ¿en qué consistió?: "Vinieron los políticos de diferentes grupos a comer, firmaron y se comprometieron a que iban a construir esas cocinas propias, esas cocinas in situ, pero esas cocinas no han llegado".

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Aseguran que la comida tiene una calidad muy deficiente y cantidades que muchas veces se quedan cortas. Mirando el menú nada haría sospechar de que la comida es mala, lo que pasa que una cosa es lo que pone en el papel y otra bien distinta, dicen, es lo que les ponen en el plato. La presidenta del AMPA, Nuria Aramendía, ha analizado lo que llevan estos menús "casi todos los los platos que comen a diario llevan aditivos potencialmente peligrosos que incluso la industria alimentaria ya no los está usando. Por ejemplo, el potenciador del sabor del glutamato, muy conocido por todos y no hay necesidad de ello".

Señalan que son alimentos ultraprocesados, "con un montón de aditivos, porque llevan azúcar, sal, y grasas poco deseables". De ahí, que denuncien que se les quiera vender la línea fría como saludable cuando no lo es, "todos los platos, por ejemplo, llevan almidones y a dosis bajas. Esas almidones producen molestias intestinales. Muchos niños dicen tener molestias intestinales por la tarde".

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En el centro hay aproximadamente unos 400 escolares y alrededor de 140 hacen uso del comedor a diario. Para muchos de ellos, ésta es la única comida saludable que reciben al día porque es un alumnado becado.

Los padres solo piden que se les escuche y que se tomen las medidas oportunas para la construcción de esta cocina que les prometieron hace 6 años "lo que tenemos muy claro es que no vamos a parar hasta conseguir nuestra cocina para poder asegurar la salud, sobre todo de nuestros hijos e hijas".