Cómo era el Pirineo hace 30.000 años
La doctora en historia, Penélope González del IPE, habla de la palinología , el polen fosilizado que se guarda en el fondo de los ibones
Penélope González desde el IPE
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Antes el clima influía en el ser humano y ahora es al revés. La investigadora y doctora en Historia del Instituto Pirenaico de Ecología Penélope González, explica que la palinología estudia el polen fósil que se encuentra en el fondo de los lagos y de los ibones y con esta técnica se puede reconstruir, por ejemplo, el paisaje del Pirineo de hace 30.000 años. Cuando el impacto de la mano del hombre todavía no se dejaba notar, la fotografía era de una cordillera sin vegetación arbórea y pradera en las zonas altas y en las cotas más bajas árboles y arbustos preparados para soportar el deshielo.
Reconstruir ese momento supone tener información del comportamiento del clima para poder prevenir el futuro averiguando qué cambios son fruto del clima y cuáles de la mano del hombre.
La mano del hombre
Antes el impacto era mínimo, poca población y nómada. Ahora hay un gran desequilibrio que ha provocado que sea el hombre el que esté influyendo en el clima en negativo. Investigadores, investigadoras salen cada día al Pirineo para estudiar y 'leer' lo que nos cuentan estas montañas que se convierten en el mejor escenario posible para estudiar cómo ha evolucionado en los últimos treinta mil años.
A pesar de toda la información que recaban los científicos, a pesar de la divulgación que se hace continuamente, la prevención-explica- "depende de la voluntad política" y es que , añade, "no hemos aprendido nada".