El Monasterio de Piedra podría no reabrir hasta Semana Santa tras las riadas

Calatayud

El Monasterio de Piedra, uno de los enclaves más icónicos de Aragón, se encuentra en una situación crítica tras las riadas que afectaron la zona en los últimos meses. Según Mario Lozano, vecino de Cimballa y portavoz adjunto del Monasterio de Piedra, el caudal de agua registrado ha sido el doble del máximo histórico conocido, complicando la evaluación y reparación de los daños: “Aún hay zonas en las que ni siquiera se pueden evaluar los daños, pero lo poco que hemos visto es un desastre; todos los muros y caminos se han perdido, y algunas cascadas han desaparecido del mapa”.

El impacto de la riada de septiembre ya había causado una situación compleja, pero las últimas inundaciones han superado todas las previsiones, borrando de un plumazo la inversión realizada para la recuperación y ampliación del parque desde entonces. “Toda esta inversión se ha borrado del mapa”, enfatizó Lozano, reflejando la magnitud del desastre.

El portavoz también subrayó la necesidad de un enfoque integral para prevenir futuras tragedias. “Hace falta un relato constructivo y que Confederación mejore las infraestructuras aguas arriba, incluyendo una estación de aforo que evalúe el caudal antes de llegar a Nuévalos y una restauración forestal de la cuenca hidrográfica”. Estas medidas, añadió, son fundamentales en un contexto donde el cambio climático está generando crecidas de gran magnitud con mayor frecuencia.

La situación actual no solo plantea retos para la rehabilitación del Monasterio, sino que exige una respuesta coordinada de las autoridades y una planificación a nivel de cuenca. Lozano destacó la urgencia de que se lleve a cabo un plan conjunto entre la DGA, la Confederación Hidrográfica y otros organismos: “Por mucho que se actúe en el Monasterio de Piedra o en Cimballa, no servirá de nada si no se toman medidas en toda la cuenca del río Piedra”.