Halloween y Todos los Santos con Martín Martín
El responsable de comunicación de Martín Martín, José Antonio Gracia, cuenta la historia de estas dos festividades.
José Antonio Gracia Martín Martín
Zaragoza
Un viernes más Hoy por Hoy Zaragoza ha contado con la participación del responsable de comunicación de Martín Martín, José Antonio Gracia.
Estamos a las puertas del fin de semana más terroríficamente divertido del año para los niños, y también de una celebración muy arraigada en el cristianismo: Halloween y el Día de Todos los Santos. Halloween, una celebración pagana, y el Día de Todos los Santos, una festividad cristiana, tienen raíces comunes y están entrelazadas entre sí.
El origen de Halloween no fue religioso. José Antonio cuenta que hace 2.000 años, los celtas celebraban el fin de las cosechas, y en la noche de All Hallows Eve (noche de los muertos, que derivó en el término Halloween), se creía que los espíritus venían a la tierra a poseer a los vivos. Las casas permanecían a oscuras, con sus habitantes vestidos de forma fúnebre para esquivarlos. Cuando los Romanos conquistaron los territorios celtas, cristianizaron esta fiesta pagana, convirtiéndola en el Día de Difuntos y el Día de Todos los Santos.
¿Y qué relación tiene esto con el actual Halloween, los caramelos y la calabaza? Los emigrantes irlandeses que llegaron a EEUU en el siglo XIX siguieron celebrando la noche del 31 de octubre, con la leyenda de un tal Jack, un vividor que engañó al diablo, y este le condenó a vagar entre tinieblas con un farol hasta el día del juicio final. De aquí surge la tradición de hacer un farol ahuecando una calabaza con una vela dentro.
El origen de pedir caramelos también viene de EEUU, que adoptó una costumbre medieval europea de Todos los Santos, donde los pobres iban a las casas y, a cambio de comida, rezaban por las almas de los difuntos. Los americanos le dieron un toque comercial a partir de 1930, combinando las leyendas de los difuntos, la calabaza, los disfraces de terror y los dulces con el famoso truco o trato. Toda esta mezcla causa furor entre niños y mayores de medio mundo.
La tradición de Todos los Santos del 1 de noviembre, además de recordar a los seres queridos que ya no están, incorpora una variedad de dulces como los deliciosos Huesos de Santo, un dulce de mazapán con forma de hueso relleno de yema, o los Buñuelos de viento, elaborados con masa de harina y azúcar. También era habitual preparar Dulce de Membrillo hecho con el fruto y azúcar, acompañado de frutos típicos de esta temporada como las castañas o las nueces. Además, son muy populares los Panellets, pastelitos de mazapán y piñones que se elaboran en Cataluña y cada vez más en el resto de España.
En Martín Martín pueden dar fe del arraigo de estas dos celebraciones. De hecho, cuentan en sus tiendas con deliciosos buñuelos de viento rellenos de nata, huesos de santo y, sobre todo, caramelos, convirtiendo esta fecha en la más dulce de todo el calendario festivo.