Luis García, voluntario en Valencia: "Cada pueblo es como una colmena de solidaridad"
Miles de vecinos siguen demandando ayuda humanitaria, aunque ahora la prioridad es enviar productos de limpieza y equipos de protección
Luis García, voluntario en Valencia
Ejea de los Caballeros
La oleada de solidaridad sigue presente en Valencia 8 días después de la catástrofe. Detrás del operativo de emergencias, voluntarios de diferentes partes del mapa nacional aportan su granito de arena para intentar reparar un dolor imborrable. Desde achicar agua y limpiar barro hasta repartir comida. Toda ayuda es bienvenida y así lo agradecen los propios vecinos que lo han perdido todo. "Lo que más sobrecoge es la solidaridad y la capacidad que tienen para empezar de cero. La organización también es muy importante. Cada pueblo parece pequeñas colmenas en la que cada grupo de individuos, como las abejas, realizan diferentes funciones, dependiendo de sus capacidades. Hay mucho compañerismo", explica el ejeano Luis García, que decidió el sábado por la mañana viajar a la zona cero.
La recogida del fin de semana en Ejea a iniciativa de dos comercios privados, Farmacia Navarro y Aguadulce, fue multitudinaria. Gracias a él y a otros vecinos más que bajaron hasta la Comunidad Valenciana con 3 furgonetas repletas de alimentos y productos, la ayuda ha llegado a quienes más lo necesitan. "Las 3 furgonetas que llevaban alimentos desde Ejea se volvieron, pero yo decidí quedarme porque había mucho trabajo por delante", explica. Al principio viajó solo, pero enseguida se dio cuenta de que necesitaba refuerzo. "Solo no podía, necesitaba mucha logística, porque vas conduciendo y también tienes que ir apuntando solicitudes de gente y comprobando por qué carreteras puedes circular, porque hay muchas que todavía están impracticables. Le pregunté a mi pareja, María, si estaría dispuesta. No lo dudó, pidió fiesta en el trabajo y fui a buscarla a Zaragoza el domingo", comenta.
Ayuda humanitaria
El pueblo valenciano sigue demandando ayuda, pero las necesidades cambian continuamente. "En este momento sobra comida, agua y ropa, porque además no está haciendo frío. Ahora lo que realmente necesitan son productos de limpieza y también de protección, como mascarillas, botas o Epis", comenta. Y en aquellas zonas en las que se empieza a recuperar el suministro de agua y luz para intentar volver a la normalidad, lo que más demandan es volver a sentir que tienen un hogar. "Algunas compañeras voluntarias que están en la zona de alimentación nos cuentan que los vecinos agradecen las conservas y los productos no perecederos, pero empiezan a necesitar sentir un hogar. Si tienen luz en casa, necesitan comer caliente, cocinar legumbre o pasta para volver a la normalidad, dentro de lo posible", explica.
Luis García, ejeano voluntario en Valencia, explica que la prioridad son productos de limpieza