Aragoneses en Catarroja

Zaragoza

Nadie ha permanecido impasible. Desde el primero momento se cubrieron las necesidades de alimentos, ropa... y de todo aquello que se iba solicitando. Y esa solidaridad ha llegado desde todos los sectores. Así,por ejemplo, estas iniciativas han llegado desde los enfermos del COVID persistente que han colaborado con las asociaciones de Levante enviando hasta 1000 mascarillas, y agricultores como Sergio Sánchez que ofrecía su maquinaria. Acudió hasta allí con "cuatro amigos y unas hidrolimpiadoras para empezar a organizar, algunos ha ido repitiendo". Aseguraba que la situación que vivieron allí "es un desgaste ya no físico sino mental".

Apoyo psicológico

El grupo de intervención psicológica en emergencias y catástrofes del colegio profesional de Psicología de Aragón lleva desde el día 4 trabajando en la zona. Como explicaba una de las coordinadoras, Mamen Maluenda "hay un trabajo amplio que hacer y obliga a adaptarse a las necesidades del momento, es un caos absoluto".

Dice que es un "tiempo de escucha, de que nos hablen, que nos cuenten, porque de ahí vamos a ir detectando lo que necesitan. Además, les ayuda a liberar, a centrar su mente, ante lo que están viviendo, porque a veces ni siquiera son conscientes, sobre todo en esos primeros momentos". Con el paso de los días el tratamiento es distinto "porque llegan otras emociones, otras necesidades y la forma de trabajar es más activa por nuestra parte aunque sin olvidar que en los primeros momentos también hay situaciones en las que hay que enseñar técnicas de control, de estrés, pero son muy rápidas y quizá ahora ya se pueden empezar a plantear esas técnicas como más adaptadas al momento que están viviendo". En Catarroja se han pedido muchos abrazos, un simple gesto que como seres humanos "nos hace sentirnos apoyados, protegidos".

Ante la pregunta de si realmente se puede calmar a alguien que lo ha perdido todo, que ha perdido a un ser cercano, señala Maluenda que lo importante "más que calmar es acompañar porque necesitamos emocionalmente sentir, ya sea rabia, tristeza... hay que exteriorizar esas emociones".

Proyecto Anastasia

Entre la ayuda que va llegando está la de muchas asociaciones, protectoras y organizaciones que miran hacia los animales. Estefanía García, que pertenece a una de ellas, señala que el proyecto empezó con Ucrania y ahora sigue con Valencia enviando "alimento, material para intentar volver a hacer sus refugios o medicamentos, lo que nos van pidiendo".

Apunta que esta misma semana han llevado "dos trailers cargados para cubrir las necesidades de todo tipo de animales, gatos, perros, pájaros, cerdos, cabras, caballos, para estos últimos es muy importante el forraje que no hay, allí es todo barro".

Banco de Alimentos

El Banco de Alimentos ha formado parte de esta ayuda desde el primer momento. Ahora, cuentan con varias naves que les han cedido para guardar los alimentos porque como señalaba José Ignacio Alfaro "estamos desbordados". La labor que están realizando es sobre todo de clasificación de alimentos "hacer un triaje de lo que está próximo a caducar".

Ante esto, piden que "no envíen alimentos es mejor dinero porque por ejemplo el Banco Alimentos de Valencia tienen más de 4.000 palés sin clasificar, con lo cual se pueden caducar los alimentos". Añade que "dentro de 4 ó 5 meses seguirá habiendo necesidades de alimentos y no hay necesidad de comprarlos ahora".