El Punto Crítico, de Alberto Castrillo-Ferrer: "La radio"

Zaragoza

La radio es la nueva Biblioteca de Alejandría, o quizá la nueva Torre de Babel, mejor: es el Macondo de García Márquez. No, el Aleph de Borges… ya está: ¡el país de Alicia! Es el registro Civil de Saramago, la Ínsula Barataria, la Biblioteca Conmemorativa Komura, el país de Jauja, el Dorado, la Luna de Méliès, el Nautilus y el Valle del Viento de Nausicaa, es la Arabia de Laurence, el apartamento de Billy Wilder, El gran masturbador de Dalí, es el Carpe Diem, y el paso entre Scila y Caribdis, es mi Lazarillo de Tormes, mi Hilo de Ariadna y mi Piedra Filosofal, es la gruta donde quiero hibernar cuando Europa se deshace, el polo se deshiela y los valores se desprecian. La radio es mi Walden. El árbol al que subo como un barón rampante cuando la ignorancia y el odio toman el poder, la barcaza con la que cruzo oculto al otro lado del Mississippi, la radio es mi escudo ante tanto puñal. Gracias radio, eres el trasto más humano que tengo. Post data: Vive la France!