Montolío, las tiendas que se convirtieron en programa de radio
El espacio protagonizado por dos ositos fue un fenómeno social en Zaragoza en los años ochenta.
Recuerdo del espacio infantil Monto y Lío
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Zaragoza
El centenario de la radio nos lleva de nuevo a la fonoteca donde encontramos los sonidos de nuestro pasado. Hoy hemos recordado una era dorada para los programas infantiles y la publicidad creativa. Entre los recuerdos más vívidos destaca Montolío, una tienda de ropa infantil que tenía por imagen a dos ositos Monto y Lío, protagonistas de un concurso radiofónico de los años 80 que atrapó a los niños y niñas de Zaragoza en la búsqueda de un cofre lleno de juguetes escondido por la ciudad.
El programa, inspirado por las tiendas de ropa infantil de la familia Montolio, tuvo como protagonistas a dos osos ficticios, Monto y Lío, quienes se convirtieron en símbolos de la marca. Este concepto nació de una idea ingeniosa del fundador, Enrique Montolio, y su equipo de publicistas, liderado por Julián Rabanaque. Cada sábado, los osos narraban aventuras que deleitaban a los oyentes, mientras las tiendas se promocionaban de forma innovadora.
En este homenaje participa María Montolio, hija de Enrique, que ha compartido recuerdos emotivos sobre el impacto de este programa y las estrategias de márquetin que revolucionaron la publicidad local. Según narró, Monto y Lío trascendió la radio para convertirse en un fenómeno cultural, incluso logrando que la poeta Gloria Fuertes escribiera cuentos sobre los entrañables personajes. El propio Enrique fue a hacerle la propuesta en su misma casa de Madrid. En la radio, Rosa Serrano y Pedro Veintemilla, actores del cuadro de Radio Zaragoza, ponían la voz de los personajes.
El fenómeno de los cuentos fue creciendo y derivó en un concurso que tenía en vilo a los niños cada semana porque debían encontrar, gracias a las pistas que se daban por la radio, la furgoneta azul de la tienda, escoltada por las unidades móviles de entonces, los llamados coches de color naranja, que siendo tan llamativos y con un color tan especial se hacían visibles en cualquier calle de Zaragoza. Quienes daban con el convoy ganaban un cofre lleno de juguetes, un premio inolvidable para los niños de esa época.
María también ha rememorado las campañas creativas que marcaron las tiendas Montolío, como una promoción en la que se colgaron pantalones reales en las columnas del Paseo de la Independencia con un mensaje invitando a llevarse una prenda. Aunque la acción necesitó ajustes para captar la atención, terminó siendo un éxito, simbolizando la audacia e innovación de su padre.
La nostalgia que evoca Monto y Lío subraya el poder de la radio para conectar con las emociones del público, y su formato demuestra una visión adelantada a su tiempo. Este legado no solo marcó la infancia de muchos zaragozanos, sino que también dejó una huella en la historia de la creatividad publicitaria que puedes escuchar de nuevo en el audio de este artículo.