Un estudio internacional que lidera Aragón analiza qué conexiones urbanas son "críticas" para propagar una epidemia
Un equipo científico internacional liderado por la Universidad de Zaragoza desarrolla redes de vigilancia epidemiológica personalizadas para cada ciudad
El estudio que analiza qué conexiones urbanas son "críticas" para propagar una epidemia y que lidera Aragón
Zaragoza
A caballo entre las vacaciones y la sanidad, Aragón está pendiente de la evolucíón de la gripe, que se prevé que aumente a lo largo de las próximas dos semanas por el aumento de encuentros familiares y las celebraciones.
Según el último boletín epidemiológico, la incidencia de gripe registrada en Atención Primaria fue 24,3 casos por 100.000 habitantes, de momento, por debajo del umbral establecido para esta temporada, que se sitúa en 58,2 casos por 100.000 habitantes. En los hospitales públicos se registraron 97 urgencias por gripe, tan solo 0,8 % del total de urgencias atendidas.
En este sentido, un equipo científico internacional liderado por la Universidad de Zaragoza desarrolla redes de vigilancia epidemiológica personalizadas para cada ciudad. Esta innovadora estrategia puede identificar, entre la multitud de conexiones urbanas, aquellos trayectos entre barrios o localidades que son críticos para la diseminación de una epidemia.
Según explicaba Jesús Gómez-Gardeñes, físico de la Universidad de Zaragoza, "analizamos datos democráficos y de movilidad humana, pero también en otro tipo de datos, como el de aguas fecales o incidencia a tiempo real".
El objetivo es anticiparse a los brotes de enfermedades infecciosas y casi poder actuar en tiempo real "para que con estos poquitos controles, podamos tener una imagen adecuada de lo que está sucediendo en tiempo real en la ciudad. De hecho, las pruebas que estamos haciendo en otros puntos del mundo, como Bogotá o Nueva York, nos dice que comparado con hacer controles aleatorios, nos podemos anticipar hasta 14 días", explicaba Gómez-Gardeñes.
Las ciudades siguen creciendo en población y son especialmente vulnerables a brotes epidémicos. Lo vimos en la covid: a mayor densidad de población, mayor número de contagios. De hecho, las proyecciones que indican que para 2030 el 10% de la humanidad vivirá en megaciudades con más de 10 millones de habitantes. "Este tipo de poblaciones actúan como bombas explosivas de epidemias. Nuestros contactos aceleran su expansión", señalaba este físico aragonés.
Este modelo de vigilancia epidemiológica se puede aplicar a todas las ciudades.