Las navidades de rumanos, guatemaltecos y colombianos en Zaragoza
¿Qué tradiciones de origen mantienen y qué costumbres locales han adoptado?
Otras tradiciones de Navidad. 241224
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Zaragoza
Casi el 15% de la población de Zaragoza es migrante. Para estas familias la navidad es una oportunidad de celebrar su origen junto a otros paisanos, aunque en sus casas también se mezclan las costumbres de la ciudad en la que viven. El Hoy por hoy Zaragoza pregunta por las tradiciones que celebran estos días tres familias de origen extranjero.
La tradición navideña guatemalteca: Una celebración con tamales
Guatemala ha sido este año el país invitado en las fiestas del Pilar. En Zaragoza hay unos 200 residentes, algunas de ellas casadas con zaragozanos hace años. Norma Hernández, representante de la asociación que los une, ha destacado en Hoy por hoy Zaragoza que estos días recuperan algunas de sus tradiciones que combinan con sus platos más típicos donde el maíz es el ingrediente principal. Las festividades comienzan nueve días antes del 24 de diciembre con la Novena del Niño, una tradición católica donde los personajes de María y José recorren casas vecinas. En cada hogar, se reza un rosario y se acoge a las imágenes, preparando el ambiente para la Nochebuena.
La noche del 24, las familias se reúnen en una celebración marcada por los tamales, plato estrella hecho de masa de maíz, carne y una exquisita salsa, todo envuelto en hoja de plátano. A medianoche, se queman fuegos artificiales, se reza al Niño Jesús y se disfruta de un ponche de frutas, una infusión dulce con ingredientes como piña y manzana, que a veces lleva un toque de licor.
El día de Navidad, la reunión se torna más informal, con amigos y familiares disfrutando nuevamente de tamales o sopas, acompañados de cerveza y champán. Sin duda, una Navidad que combina sabores, tradición y la calidez de la unión familiar.
Navidad en Rumanía: ayuno y regalos
En Rumanía, la Navidad se celebra con un profundo sentido de tradición y espiritualidad, como ha contado Daniela Venter, una residente en Zaragoza desde hace 20 años, y presidenta de la asociación Carpática. La Nochebuena no se centra en grandes banquetes, sino en los niños que recorren los pueblos cantando villancicos para anunciar el nacimiento de Jesús. Las amas de casa, siguiendo la costumbre, les obsequian dulces y frutos.
Durante este periodo, muchas mujeres ortodoxas han practicado un ayuno de 40 días, lo que convierte la comida del día de Navidad en un momento especialmente significativo. En esta fecha, el menú incluye platos tradicionales como la ensaladilla rusa, ligeramente diferente a la española, y el sarmale, col rellena de carne, generalmente de cerdo. Muchas familias sacrifican estos días un cerdo antes de las fiestas para preparar diversos manjares.
Los regalos se colocan bajo el árbol y se abren el día de Navidad, especialmente esperados por los niños tras la llegada de Papá Noel. Además, el día de San Nicolás, que la leyenda dice que es el hermano de Papa Noel, se entregan pequeños obsequios o un "palo" simbólico a los niños que no se han portado bien, una tradición similar a la del carbón español, solo que allí no hay versión del palo dulce.
Daniela también ha destacado cómo su familia ha adoptado costumbres españolas, como el brazo de gitano, que no falta en su mesa, y su participación en la iglesia católica, mostrando una rica mezcla de culturas.
Navidad en Colombia: Tradición y familia
La celebración de la Navidad en Colombia es un festín de luces, música y unión familiar, tal como compartió John Jairo Escudero, presidente de la asociación Latinoamericana para la Integración, ASOILANT. Las fiestas navideñas en Colombia comienzan el 8 de diciembre, con el Día de la Inmaculada Concepción, conocido como el Día de las Velitas. Durante esta jornada, las familias iluminan calles, casas y barrios con faroles y velas, marcando el inicio de la temporada navideña.
A partir del 16 de diciembre, los colombianos rezan las tradicionales novenas al Niño Jesús, alrededor del pesebre, combinando oraciones y villancicos. Este periodo está lleno de encuentros familiares donde se disfrutan platos típicos como la lechona, los tamales, los buñuelos y la natilla. La lechona, un cerdo relleno de arroz y carne, se prepara a fuego lento durante un día entero, reflejando el esmero en cada detalle.
La música también ocupa un lugar central. Villancicos como la Tutaina son interpretados con guitarras y panderetas, convirtiendo cada reunión en un alegre concierto. Según Jairo, los niños son el alma de estas celebraciones, recordándonos la importancia de la unión y la paz familiar.
