El Punto Crítico, de Alberto Castrillo-Ferrer: "¡No cambiaría mis cadenas por las tuyas!"

Zaragoza

Estoy estudiando mi próximo papel, Prometeo, un apasionante texto sobre el Titán que no sólo hizo al hombre, sino que por él arriesgó y desafió al todopoderoso Zeus, dios del rayo, y robo el fuego del carro de Helios para dárselo a sus criaturas, los humanos, quien dice fuego, dice todo lo que conlleva: calor, artesanía, sabiduría, cultura…

Prometeo fue castigado -cómo no- por Zeus: encadenado en el monte Cáucaso para toda la eternidad donde un águila le picará el hígado día tras día y le arrancará pedazos de carne… pobres águilas, siempre son símbolos de represión…

Cuando Hermes, el lameculos de Zeus, su esbirro, se ríe de su desgracia y presume de lo bien que está él, que ha sabido acariciar en el sentido del pelo, Prometeo acaba contestándole:

¡No cambiaría mis cadenas por las tuyas!

En estos días de aranceles, rearmes y bitcoins, de ventorros y pedorros, de Doctores No sin James Bonds, de invasiones, de matones, de 38 guerras que no son noticia, días en los que hay mucho Hermes y poco Prometeo, recordad que las cadenas de los esbirros, son muy pesadas, puesto que atenazan nuestro mas preciado bien: La dignidad