Carlos García se dispone a vivir su último año como capitán de artesanos
Sigue como presidente de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo y pasa a su hijo el testigo de capitán de artesanos tras 35 años en el cargo
Carlos García en plena salva de honor en la fiesta de Jaca
Jaca
Cuando apenas era un crio se colaba en la lonja pequeña de la catedral o se subía al balcón de Ibercaja en la calle Mayor para poder ver en primera fila la fiesta. Sus hermanos-la familia como en la mayoría de los casos de quienes están dentro de la fiesta- le llevó a la Hermandad y a los desfiles. Desde entonces han pasado 46 años de los que, 35, lo ha hecho como capitán de artesanos y ocho de presidente de la Hermandad. Este viernes dos de mayo cuando suene la última salva en la puerta del ayuntamiento y comience el himno es muy probable que el nudo en la garganta le impida cantar.
Hay que dar paso a los jóvenes
Treinta y cinco años es la cifra más alta en un cargo dentro de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo; además de organizar a su escuadra, de tener los trabucos a buen recaudo y cuidados, los trajes, los permisos, además Carlos García, como el resto de capitanes, es el encargado de que las salvas de honor sean un único sonido que desaparece en la nube de pólvora , acompañante imprescindible en la fiesta.
Este año hay más de un relevo en las escuadras: abanderado de artesanos, abanderada de labradoras, capitana del cortejo histórico y capitana de caballería. También el relevo se da en el Conde Aznar y eso, sin duda, es buen síntoma como apunta García porque quiere decir que la Hermandad tiene cantera para que la fiesta siga creciendo. El próximo año tocarán elecciones para la renovación- o no- de presidente de la Hermandad donde cerca de 1.600 socios y socias apoyan la fiesta.