El autobús escolar llega por primera vez a Salinas de Hoz: “Cinco minutos marcan la diferencia entre un pueblo vivo y uno muerto”
El autobús ha llegado por primera vez este jueves tras semanas de reivindicaciones

La niña subiendo por primera vez al autobús.

Barbastro
Por primera vez en su historia, la pequeña localidad de Salinas de Hoz, en el Somontano de Barbastro, ha recibido la visita del autobús escolar. Este hecho, aparentemente simple, representa un antes y un después para este núcleo rural, donde una alumna de origen ucraniano y su madre habían tenido que recorrer diariamente cinco kilómetros a pie hasta Hoz de Barbastro para poder acceder al servicio educativo.
Gracias a la intervención del Servicio Provincial de Educación y tras varias gestiones encabezadas por el alcalde del municipio, Juan José Millaruelo, la situación ha dado un giro. Un día de celebración en una jornada que calificó como “histórica” y que, según sus palabras, “marca un hito para el pueblo”.
“Son solo cinco minutos de diferencia, pero entre ser un pueblo vivo o un pueblo muerto, cinco minutos lo son todo”, señaló Millaruelo visiblemente emocionado. El alcalde acompañó personalmente a la menor en varias ocasiones en su coche cuando no existía otra alternativa, una solución que, reconoce, “no era la más adecuada”.
El acontecimiento fue recibido con alegría y aplausos por parte de los pocos vecinos que estaban presentes a primera hora de la mañana. La emoción también fue palpable en la familia de acogida, que no pudo evitar las lágrimas ante el inicio de una nueva etapa para la joven escolar.
Millaruelo recordó que “en los 36 años que llevo como alcalde, nunca habíamos visto el autobús escolar llegar hasta aquí”. Y añadió: “Es una satisfacción enorme, no solo como alcalde, sino como vecino, porque demuestra que aún es posible creer en un futuro para nuestros pueblos, pese a las dificultades que enfrentamos”.
Este pequeño logro pone de relieve los retos que todavía existen en el medio rural para mantener servicios básicos como el transporte escolar. Pero también demuestra que, con perseverancia y colaboración, es posible dar pasos significativos para evitar el despoblamiento y garantizar una vida digna para quienes deciden quedarse.




