CC.OO. urge una evaluación correcta de la enfermedad laboral, vigilancia y datos reales

Huesca

CCOO reclama una evaluación "correcta" de los riesgos de los puestos de trabajo, una vigilancia colectiva de la salud para detectar el impacto de esta actividad y mejorar la efectividad de las evaluaciones y medidas preventivas y el reconocimiento, por parte de las mutuas, de que hay infradeclaraciones de enfermedades profesionales y que no se deriven a la Seguridad Social.

Estas son las peticiones que realiza el sindicato tras presentar el Informe de enfermedades profesionales de Aragón en 2023 que "no recoge la realidad" porque solamente constan las reconocidas por las mutuas y el resto se tratan como enfermedades comunes, según han indicado el secretario de Salud Laboral, Luis Clarimón, y el técnico en prevención de riesgos laborales David Chico.

Según este estudio, en Aragón se reconocieron ese año un 5,42 % más de enfermedades profesionales que en 2022, hasta 1.206, de las que 525 fueron con baja, y con un índice de incidencia -afectados por cada 10.000 afiliados a la Seguridad Social- de 0,90 en la comunidad, con Huesca, con un 1,20, como la provincia más afectada, frente al 0,83 de Zaragoza y de Teruel.

En la comunidad se reconocen un 12,94 % más de enfermedades sin baja que con baja y, por edad, el 56,47 % de las enfermedades profesionales afectan a trabajadores de entre los 40 y los 54 años, mientras que dentro de esta horquilla el 41,56 % recae sobre los que tienen entre 45 y 49 años.

Según Clarimón, las enfermedades profesionales afectan más a las mujeres que a los hombres y todos los sectores, salvo la construcción, reflejan índices de incidencia más altos. Por ejemplo, en industria, masculinizado, la incidencia en mujeres es del 86,6 y en hombres casi la mitad, 47,11. Ello requiere, ha dicho, que la evaluación de riesgos y planes preventivos se hagan desde una perspectiva de génerno que ahora mismo no existe.

En Aragón son los agentes físicos los causantes de la mayoría de estas enfermedades, el 89,55 %, y, por sectores, son industria, masculinizado y con 607 casos con y sin baja, y servicios, feminizado y con 489 casos en total, los que más absorben, con el 90,87 % de todas las enfermedades profesionales reconocidas en la comunidad.

Posturas forzadas y movimientos repetitivos

Según este informe, el 87,81 % de las enfermedades profesionales reconocidas en Aragón son consecuencia de posturas forzadas y movimientos repetitivos, riesgos que no se detectan con las evaluaciones generales que hacen las empresas, ha dicho Clarimón, quien ha reclamado evaluaciones "específicas".

Clarimón ha indicado que, según el índice de incidencia de las enfermedades profesionales, Aragón es la octava comunidad con mayor número reconocido, con un 20,02 por encima de la media del 12,21 nacional cada 10.000 personas. No obstante, ello no significa que se realicen más acciones preventivas, sino que se declaran una parte de las que ocurren en realidad.

Si hubiera un buen sistema de declaración, al menos habría reconocidas "el doble cada año de enfermedades profesionales", según Clarimón, quien ha insistido en que las mutuas son las encargadas de reconocer patologías profesionales, tratarlas y afrontar los gastos y no se está haciendo en muchos casos, lo que supone que sean tratadas como enfermedades comunes y tratadas en la Seguridad Social.

Entre las enfermedades que no se reconocen destaca el cáncer laboral, ha añadido Chico, quien ha afirmado que en 2016 se reconocieron 6.559 casos en Alemania frente a los 23 de España donde, aplicando la equivalencia entre población ocupada y expuesta, se deberían haber contabilizado unos 3.000.

En 2023 en España se reconocieron 94 cánceres laborales y, de ellos, solo 2 en Aragón, 1 con baja y otro sin ella. Deberían haberse reconocido unos 31 en Aragón, donde sólo se vigilan como factores cancerígenos el amianto y la sílice.

El informe de CCOO apunta además que los costes económicos de estas enfermedades alcanzarían los 45.000 millones de euros en España y los 1.300 millones en Aragón, una cifra múcho más alta de lo que supondría invertir adecuadamente en prevención y salud laboral.