Territorios Mágicos reflexiona sobre deporte, pastelería y espiritualidad
Risas y reflexión en el segundo día de congreso en Huesca, con un guiño a la pastelería oscense.
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Huesca
La segunda edición de Territorios Mágicos continúa explorando distintas dimensiones de la vida cotidiana con mesas de debate. En esta jornada, el protagonismo lo han tenido el deporte, la pastelería y la espiritualidad, abordados desde perspectivas diversas y cercanas.
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La tarde comenzó con la mesa “Moverse para sentirse bien. El deporte como motor de vida”, moderada por el cocinero Raúl Bernal. Allí, la actriz María Barranco ha aportado su particular visión con sinceridad y humor: “Yo no hago deporte, pero hablo de lo que sea”. Por su parte, el presentador Pedro Ruiz ha defendido el ejercicio como hábito vital: “Practico deporte desde siempre, me viene muy bien mentalmente”, y no ha dudado en recomendar su fórmula personal de bienestar: “Meterse en agua bien fría todas las mañanas”.
Tras el espacio dedicado al movimiento, ha llegado el turno de la pastelería con una mesa protagonizada por Raúl Bernal, Jesús Tolosana y Jairo Vincelle, en representación del gremio pastelero oscense. Han compartido con los asistentes los entresijos de una profesión exigente, pero profundamente vocacional: “Te tiene que gustar mucho y estar dispuesto a aprender siempre”, afirmaron. Además, han destacado el valor de la pastelería como atractivo turístico y subrayaron la calidad de la “cantera” profesional de Huesca.
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La jornada ha culminado con una reflexión profunda en la mesa “La vuelta a la espiritualidad. Una respuesta a los desafíos del mundo de hoy”, conducida por la periodista Nuria Garcés. El debate ha contado con voces destacadas como la exalcaldesa de Madrid y jurista Manuela Carmena, la psiquiatra Alejandra Vallejo-Nágera y el psiquiatra Javier Olivera.
Carmena ha aportado una visión introspectiva: “Llega un momento que entiendes que no hablas con Dios, hablas contigo mismo”.
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Vallejo-Nágera ha destacado que cuerpo y espíritu están más conectados de lo que creemos: “La materia y la espiritualidad no están tan distantes. Las personas buscan paz y debemos ayudarles a encontrarse consigo mismas”. Por su parte, Olivera ha planteado una mirada crítica hacia la sobreinformación: “Nuestro cerebro no está preparado para toda la información que recibimos cada segundo, y probablemente se bloquea”.
En conjunto, la conversación ha derivado en una conclusión clara: la espiritualidad es una experiencia personal, profundamente subjetiva, y más necesaria que nunca en un mundo marcado por el exceso de estímulos.
