Indignación vecinal por el borrado del mural de Babacar Seck y el conflicto con las zonas jóvenes
En la Reunión de Vecinos del Hoy por hoy Zaragoza, los representantes de las plataformas vecinales debaten sobre cómo mejorar la señalización del tranvía para evitar más accidentes

Zaragoza
Este fin de semana se ha desatado una nueva polémica en el barrio zaragozano de Oliver, tras conocerse que el mural dedicado a Baba Karsek, un símbolo local y referente deportivo, ha sido borrado sin previo aviso. La obra, que se encontraba en uno de los muros del túnel del barrio, incluía el mensaje "Zaragoza florece, Oliver se marchita" y rendía homenaje a Karsek, senegalés afincado en la ciudad desde los once años y campeón del mundo de karate.
Vecinos y vecinas han reaccionado con rapidez, denunciando la desaparición del mural y exigiendo explicaciones al Ayuntamiento. La respuesta municipal ha sido que el mural se va a repintar, pero sin detallar ni cuándo ni cómo se llevará a cabo. Este silencio ha generado aún más sospechas, ya que nunca se informó previamente de que se iba a eliminar la pintura ni se consultó con el barrio. Se teme que el anuncio del repintado haya llegado únicamente como reacción a la protesta vecinal.
El caso ha reabierto un debate más amplio sobre el trato a los símbolos de barrio, la falta de sensibilidad institucional y el creciente malestar ciudadano por las políticas municipales. Se ha recordado que el propio Jorge Azcón, exalcalde de Zaragoza, asistió a la inauguración del mural, subrayando su valor como símbolo de integración y esfuerzo. Por eso, el borrado ha sido interpretado por muchos como una falta de respeto hacia una figura que representa valores positivos, especialmente en un contexto social donde la xenofobia y el racismo siguen presentes.
Esta situación ha coincidido con el conflicto abierto en torno a las zonas jóvenes de la ciudad. El pasado viernes, los trabajadores y trabajadoras de estos espacios han secundado una huelga en protesta por el cambio de modelo que está impulsando el Ayuntamiento, sin información ni participación previa. Este nuevo enfoque pretende centralizar los servicios de juventud en macroespacios como La Azucarera y El Túnel, en detrimento de las casas de juventud de los barrios, como la del Oliver, que ya cerró el verano pasado sin explicación clara.
Las entidades vecinales, Federación de Barrios y Unión Vecinal han criticado en Hoy por hoy Zaragoza que el modelo actual precariza el servicio y las condiciones laborales del personal, y que ha provocado incluso que la licitación para su gestión haya quedado desierta en dos ocasiones. Además, han lamentado que el nuevo sistema no haya sido debatido ni incluido en el programa electoral del Partido Popular, lo que agrava la sensación de imposición y opacidad.
Nuevo atropello en el tranvía que reabre el debate sobre seguridad vial en Zaragoza
Durante la semana pasada, Zaragoza ha vuelto a lamentar un nuevo accidente en el tranvía: una persona de 58 años ha resultado herida muy grave tras ser atropellada. La rápida intervención de la Policía Nacional y su traslado al hospital Miguel Servet ha permitido salvarle la vida. Este suceso, que ha generado un importante impacto vecinal, ha puesto de nuevo el foco en la seguridad de la traza del tranvía, en especial en los cruces más conflictivos.
Se ha conocido además que ciudadanos presentes en el lugar han solicitado cinturones para improvisar torniquetes, aunque también se ha denunciado la actitud de quienes preferían tomar fotografías antes que colaborar. Este contraste ha reabierto el debate sobre el civismo en situaciones de emergencia.
Paralelamente, los conductores del tranvía han anunciado paros parciales como protesta por las largas jornadas y la dificultad de conciliar. Este nuevo accidente, sumado a la protesta laboral, ha evidenciado una vez más las tensiones que rodean la movilidad en Zaragoza.
Desde el Ayuntamiento, se ha encargado a la empresa IDOM una revisión de los cruces y la convivencia entre peatones, bicicletas, patinetes, tranvía y coches. Se ha subrayado que los técnicos municipales ya disponen de un amplio registro de accidentes que debería servir para adoptar medidas correctivas eficaces.
Uno de los puntos más criticados ha sido la solución implantada hace unos tres o cuatro años en la Plaza San Francisco, donde bicicletas y patinetes deben cruzar dos veces las vías del tranvía. A pesar de estar semaforizados, estos cruces han resultado peligrosos y se han producido varios accidentes. Muchos ciudadanos, ante el riesgo y la falta de alternativas seguras, han optado por continuar recto, desoyendo la señalización.
El diseño del tranvía, que en origen debía bordear la plaza por los laterales, fue modificado por decisión técnica para trazar una vía recta, lo que ha implicado la pérdida de la plaza central y el conflicto con el carril bici. El resultado ha sido una convivencia forzada y conflictiva entre peatones, ciclistas y usuarios de patinetes, con zonas mal definidas y velocidades que no se adecuan al entorno peatonal.
Se ha recordado que esta situación no es exclusiva de esta zona: Zaragoza cuenta con una red de más de 130 kilómetros de carriles bici que se han desarrollado sin una estrategia normativa clara y uniforme. Carriles bidireccionales, unidireccionales, ciclocarriles 30 o espacios compartidos se mezclan sin coherencia, lo que complica la convivencia y la seguridad.
En respuesta, el Ayuntamiento ha comenzado a realizar estudios sobre los puntos más conflictivos del trazado ciclista, con el objetivo de redefinir los criterios de diseño y mejorar la convivencia entre todos los medios de transporte.