Más acogida y menos "alarmismo": Las Hijas de la Caridad piden medidas para atender a los migrantes en Zaragoza

Zaragoza

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl reclaman medidas preventivas para acoger a migrantes y tachan de "alarmismo" la mayor presencia de personas en la calle en algunos puntos de Zaragoza.

Hoy han presentado su memoria anual y denuncian, además, las dificultades de empadronamiento que existen en la capital aragonesa para las personas sin techo y los retrasos en la atención en la salud mental en la infancia y la adolescencia.

La inversión ha sido de 12 millones de euros y han atendido (en el último año) a 570 personas migrantes derivadas a Aragón. Su portavoz, Carlos Piñeiroa, ha pasado por los micrófonos de La Rebotica, en Radio Zaragoza, y ha querido aclarar el trabajo que realizan estas agrupaciones.

"Ese alarmismo de que llegan, los atendemos y cuando termina el proceso, si no se les concede el asilo, van a la calle, eso no es cierto" porque "quienes atendemos a las personas migrantes sabemos que terminado el programa de protección internacional o de ayuda humanitaria, todas esas personas son derivadas a los recursos que el tejido asociativo, incluso los propios ayuntamientos, las comunidades autónomas y el Estado tienen".

Esta situación - remarcaba - es el "final de una cadena", por lo que Piñeiroa pide una intervención preventiva, como agilizar los permisos. Y lo comparaba con las facilidades para la llegada de trabajadores de China que van a construir la gigafactoría de CATL y Stellantis.

La migración "es un problema que surge pero también es una oportunidad", ha remarcado. "¿Por qué a las personas procedentes de China hay una empresa que se encarga de traer a 2.000 personas, con su situación ordenada?", se preguntaba.

"En el resto de los casos parece ser que no es igual; y no es igual y casi como que improvisamos, y cuando improvisamos nos encontramos el problema y más que intentar coordinarnos con diferentes administraciones públicas, con la sociedad y con diferentes empresas, lo que hacemos es intentarnos distribuir la responsabilidad o la culpa en algunos casos".

Empadronamientos y salud mental

Entre las dificultades que se encuentran es el empadronamiento de las personas sin techo, lo que dificulta el acceso a la sanidad o a permisos de trabajo, y que antes casi era inmediato.

Además de la atención a migrantes, las Hijas de la Caridad también disponen de centros educativos. Y reclaman mayor celeridad en la atención psicológica para los jóvenes vulnerables.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl cuentan con 300 trabajadores, 100 voluntarios y 55 hermanas para atender a más de mil personas en situación de vulnerabilidad en Aragón.