El colegio Ramiro Soláns de Zaragoza, una escuela de cambio y compromiso con las familias

Zaragoza

A ritmo de Pharrel Williams comienzan las clases en el colegio Ramiro Soláns. Son las 9 de la mañana. Nos abre las puertas de este centro educativo Amparo Jiménez Herrera, la jefa de estudios, que atiende a los micrófonos de Radio Zaragoza. En este final de curso 2024 - 2025, este colegio del barrio Oliver de Zaragoza ha ganado el Premio Princesa de Girona Escuela 2024. La alegría inunda sus pasillos. Allí todos se saludan por el nombre, con 25 nacionalidades y 384 escolares.

Hasta llegar a este reconocimiento, han sido dos décadas para reflotar un centro que se había convertido en un gueto. Eran los años 90, con un alto porcentaje de fracaso escolar en una población vulnerable, que abandonaba los estudios. O que ni siquiera entraban al centro. En la década de los 2000 llega el proyecto educativo "Vive tu escuela, atrévete a cambiar".

La directora Rosa Lorente recuerda que, dos décadas después, las riendas han cambiado de manos: del profesorado ha pasado a las familias y el alumnado.

Un caso de éxito y esfuerzo que ahora se concreta en este premio. Pero no ha sido nada fácil. Ante buenas noticias, se disuelven los malos recuerdos.

Nada más entrar por la puerta, los peldaños de las escaleras del colegio ya dejan varios mensajes: "En este cole formamos personas emocionalmente sanas, empáticas, creativas, solidarias, con espíritu crítico, con apertura mental, emprendedoras, colaborativas, comprometidas con su entorno..."

Entramos en 1º de Primaria: tienen asamblea. Repasan las letras y nos hacen la crónica de la Carrera del Agua, con la que han recaudado fondos para facilitar el agua potable en países en desarrollo.

Y es que están preocupados por el medio ambiente. Alumnos de diferentes cursos, como Liber y Nael, que participan - junto a Loli - en el proyecto 'Oliver Brilla'. Después, comparten sus conocimientos con el resto de sus compañeros.

Lo de aprender jugando se lo toman en serio en el Ramiro Soláns con, por ejemplo, intercambios lúdicos.

Un remolino de risas que también encontramos en el último piso. Abrimos la puerta de 5º de Primaria: los maestros Javier y Laura, con docencia compartida, supervisan el próximo programa de Radio Ramiro, con secciones de noticias, humor, anuncios o música, aplicando competencias lingüísticas e inglés.

Entre sus aulas y pasillos descubrimos que el Ramiro Soláns es mucho más que un colegio, y las madres hacen piña y aprenden de unas y otras culturas, como explica Esther Embid, presidenta del AMPA.

Incluso ha servido para poner en marcha una cooperativa textil de madres: Hilvana. Comenzó como un taller de costura de madres gitanas. Mari Carmen y Fadma son dos de las mujeres comparten hilo y aguja en esta iniciativa y colabora con ellas, por ejemplo, la Escuela Superior de Diseño de Aragón. Es un punto de encuentro y de diálogo y, además, aprenden el idioma. Macri, que es voluntaria, les ayuda en esa tarea, la de aprender a expresarse en otra lengua.

 Así es el día a día del colegio Ramiro Soláns, ahora premiado, con las vacaciones recién estrenadas, para empezar el curso 2025 - 2026 con más fuerza si cabe y seguir celebrando las ganas de aprender, de participar, de convivir y de construir comunidad.