Entre la recuperación y las heridas, un mes después de las inundaciones en Campo de Belchite: "Los pueblos son nuestro pequeño mundo"

Zaragoza

"Fueron días de infarto, pero ahora se va viendo la vida que vuelve a su normalidad". Del casi infarto a la casi normalidad, más deseada todavía que conseguida. A Joaquín Alconchel, alcalde de Azuara, todavía le pesan, como al resto, los recuerdos del paso del agua. A él lo llevaron a subirse a un tejado durante horas. Las dos sanitarias del pueblo por poco no lo cuentan.

Hoy, 13 de julio, se cumple un mes de las tormentas que provocaron destrozos en una decena de pueblos de la comarca de Belchite. Por suerte no hubo que lamentar vidas personales, pero el agua se llevó todo lo material- infraestructuras, calles, coches, parques...-especialmente en tres pequeños municipios: Azuara, Letux y Almonacid de la Cuba.

Hoy, entramos en lo que queda del ambulatorio de Azuara, donde no hay médicos sino albañiles como Miguel Ángel de la empresa Contisa. "Los tabiques se fueron todos en la sala de urgencias y toca desescombrar y reconstruir", cuenta el trabajador, que le resulta "inviable" calcular cuánto tiempo supondrá rehacer las instalaciones. "Hay que reconstruir y pintar. No se sabe aún lo que hay", ratifica.

Más bien lo que no hay. El agua arrasó con el consultorio trasladado ahora a la ludoteca. Pero no solo, también con el pabellón, el parque, el albergue y hasta el cauce del rio Cámara completamente desaparecido.

La foto, en el resto de municipios es similar. Será "muy difícil" recuperar las huertas, casas y carreteras que se han hundido, cuentan José Enrique Martínez y Miguel Sanz, alcaldes de Almonacid de la Cuba y Letux, respectivamente.

"La palabra recuperación yo la veo como algo lejano. Los pueblos son nuestro pequeño mundo. Si lo extrapolas a una ciudad, es como si en Zaragoza desapareciera el barrio de Las Fuentes. Sería una tragedia. La dimensión de lo que hemos sufrido en nuestros pueblos es parecida", reflexiona Sanz.

"Me vine abajo"

Pero después de un mes quedan más cosas por delante, además de mucho trabajo... Igual que las casas por dentro, las personas también necesitan recuperarse. Pero en este sentido, después de la tempestad, no viene la calma.

Para el alcalde de Almonacid, tras el shock y la actividad llegó el "hundimiento". "La primera semana estábamos 24/7 como dicen los jóvenes, no te enteras. La segunda yo me vine abajo. Llevo diez años de alcalde, en Almonacid estábamos apostado mundo por el turismo, por unas pasarelas, por un punto de información", cuenta José Enrique Martínez. Todos los planes se vieron truncados e incluso se vieron en la necesidad de despedir al guía turístico.

Y entonces recibió una llamada de Valencia y apareció "un ángel" en forma de constructor. Era el alcalde de Aldaya que le animó a "salir adelante". "Cada día me cogía del hombro y me decía, Enrique que vamos a salir".

Futuro complicado

Se recuperarán los paisajes, las casas y también las personas, pero el futuro sigue siendo complicado en los pueblos. Ahora luchan contra unos peritos que quieren ahorrar más que pagar y las cortapisas de una administración y sus paradojas.

Almonacid, Letux, Azuara...en la cuenca del Cámaras que desemboca en el Aguasvivas, el agua no sobra, aunque lo parezca. Han sufrido tres DANAs desde octubre del año pasado, pero la Confederación Hidrográfica del Ebro tiene catalogada esta zona como roja, lo que les impide aumentar regadíos o sacar agua para cualquier actividad. "Iniciar cualquier actividad, agrícola, ganadera o industrial es inviable", denuncian los regidores.

Ni agua ni energía, rodeados de parques de molinos, pero ¿para quién?...reflexiona y pide reflexión el alcalde de Letux. "Al potencial y la riqueza energético que tenemos se une la miseria implantada. Necesitaríamos que se reflexionara sobre la situación de esta cuenca", incide.

Peritaje y seguros

El alcalde de Almonacid, José Enrique Martínez mira al futuro con más nubes que las del cielo, pero el presente tampoco está fácil. Ahora toca luchar con el peritaje y los seguros.

"Vienen y te dicen, mira esta raja de esta casa no entra, esta lavadora era vieja y es poco valor, estas baldosas que están movidas igual están movidas de antes. Ponen unas excusas que te quedas alucinado", incide el primer edil que quiere "romper una lanza" a favor de la gente. "Para que nos cobren 400 al año de un seguro no ponen ninguna pega, pero para que te arreglen una puerta va a haber mil problemas".

Pasó en una noche, la del 13 de junio, pero esta historia no ha acabado. La prueba la tenemos antes de acabar esta conversación. La interrumpe Miguel Sanz, alcalde de Letux, al recibir lo mismo que sus compañeros, un aviso del 112 en el móvil. "Aviso de que estamos en alerta naranja por lluvia", decía el texto.