Real Fest, un festival ficticio para alertar a los jóvenes de los perjuicios de fumar
Es una campaña de sensibilización a nivel nacional de la Asociación Española Contra el Cáncer contra tabaco y vapeadores

Concejala de Huesca, Marta Escartín, el presidente de la AECC en Huesca, José Manuel Ramón y Cajal, y la diputa de DPH, Lola Ibort, en la presentación de Real Fest

Huesca
Llega el Real Fest, un festival ficticio, sí, porque en realidad es una campaña de sensibilización a nivel nacional de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Son cinco carteles que guardan total semejanza por su diseño con los de cualquier festival español. Aquí la diferencia es que los supuestos artistas son: "cáncer, trombosis, ictus, infarto, miocardiopatía o bronquitis crónica", entre muchos otros.
Su presidente en Huesca es José Manuel Ramón y Cajal y explica que el objetivo es que esta campaña vaya dirigida especialmente a los jóvenes para "desnormalizar" el consumo del tabaco en este colectivo, algo difícil, apuntilla, con una industria tabacalera enorme invirtiendo numerosos recursos en captarles y con una serie de influencers que apoyan este tipo de acciones con canciones, vídeos, gestos y mensajes que no ayudan en absoluto a lograr ese propósito.
Estos carteles se pondrán a modo de mupis y publicidad exterior en las poblaciones altoaragonesas y se intentará que los jóvenes lo compartan mediante redes sociales para abordar así un problema muy preocupante. Las cifras son claras. El último estudio de referencia indica que "en 2022 hubo en Europa un millón y cien mil muertes evitables y prevenibles". Con especial incidencia del cáncer, especialmente el de pulmón que sigue al alza y que, para más alarma, "la mayoría de los casos" señala Cajal, que lo padecen o han padecido "no han fumado nunca", por lo que se atribuye al "humo de segunda mano", en referencia a que eran y son fumadores pasivos.
Por eso aboga a que los ayuntamientos altoaragoneses se unan a las acciones que lleva a cabo la asociación, especialmente para seguir sumando espacios libres de humo.
Todo con el objetivo de minimizar lo máximo posible las enfermedades y las muertes que guardan una relación muy estrecha con el consumo de tabaco y de vapeadores, plantando así cara a una industria tabacalera gigantesca que ve precisamente en los jóvenes un target de cliente vulnerable, fácil y rentable a largo plazo... tan rentable para esa industria, como destructor para sí mismos.




