Ricardo Mur comparte con Carmelo Castanera y José María Morlán los proyectos de futuro de la SD Huesca

Huesca

Ricardo Mur ha recibido a Carmelo Castanera y José María Morlán, dos de los socios más veteranos y significativos, puesto que ambos han estado ligados a las directivas azulgranas y en el caso de Castanera fue una figura vital para rescatar El Alcoraz de un embargo en 1986.

Ahora, con la posibilidad que el estadio pase a ser de titularidad pública por más de 20 millones de euros con aportación del Gobierno de Aragón, Diputación Provincial de Huesca y Ayuntamiento de Huesca, la idea de los rectores del club es explicar abiertamente esta operación que garantizaría la viabilidad durante muchos años con un dinero que pasaría a ser patrimonio de la SD Huesca y que quedaría “blindado”.

Además les ha explicado los planes de futuro, buscando recuperar la solvencia que se ha tenido durante muchos años y que se ha visto en peligro en la última etapa.

En este caso se ha elegido a dos personas que conocen muy bien los entresijos del club y la historia del campo. Carmelo Castanera formó parte de la junta gestora que dirigió a la SD Huesca en 1985, en un momento clave para el desarrollo de la entidad. También participó en la junta directiva de Néstor Gavín, teniendo un papel decisivo tanto en el área financiera como deportiva

Por su parte, José María Morlan asistió con tan solo 16 años a la fundación de la actual Sociedad Deportiva Huesca, convirtiéndose desde entonces en un testigo directo de toda la historia del club. Directivo en la primera etapa de José María Mur como presidente cuando se construyó El Alcoraz, volvió a coincidir con él en la junta gestora posterior.

Durante el encuentro, Ricardo Mur ha trasladado de primera mano cómo ha sido este último año de gestión en la entidad, repasando los principales hitos de la temporada y las líneas estratégicas en los ámbitos deportivo, económico y social. Además, ha compartido con ellos los proyectos que marcarán el presente y el futuro de la SD Huesca, incluyendo la situación actual del estadio de El Alcoraz y la operación en curso destinada a garantizar su viabilidad, así como la sostenibilidad económica que asegurará los próximos años de la entidad.

Esta iniciativa forma parte del compromiso de la SD Huesca por reforzar el vínculo con su masa social y reconocer la importancia de quienes han acompañado al club desde sus orígenes.

Ambos representan “el compromiso, la fidelidad, el sacrificio y la pasión que han definido a la afición azulgrana a lo largo de los años”, señalan desde la SD Huesca.

La historia de la subasta de El Alcoraz en 1986

La historia del campo del Alcoraz y su embargo es muy larga y se remonta a 1986 cuando el 17 de febrero de ese año tuvo lugar en Madrid una subasta a la que acudieron Ángel Lumbierres y José Luis Abad en representación del Ayuntamiento de Huesca y Néstor Gavín, Carmelo Castanera y Aurelio Malo, como presidente y directivos del club en aquellos momentos.

Acudieron a la subasta con la aportación de casi 200 personas que en su día adquirieron unas participaciones al precio de 10.000 pesetas para conseguir los casi 9 millones que reclamaba el Banco Hipotecario de España. Aportaron diferentes cantidades de una sociedad que tiene claro que “la operación se realizó por el bien siempre de la entidad” en un momento crítico, bajo el nombre de CF Huesca SA, y que incluso no se llegó a cambiar las escrituras de titularidad que están a nombre de la SD Huesca.

La puja se inició con 8.842.191 pesetas y la lucha fue enconada entre el procurador del Banco Hipotecario y el presidente Néstor Gavín. Al final se llegó a las 9.950.000 pesetas que fue lo que se pagó y de esa forma el banco se aseguró el cobro de los costes y el Huesca se volvía a quedar con el campo. Posteriormente una asamblea sentó las bases para que la SD Huesca fuera la única entidad beneficiaría del campo en un futuro.

A día de hoy es Carmelo Castanera quien tiene los mayores poderes de la sociedad CF Huesca SA en representación de los accionistas. Radio Huesca tuvo un protagonismo especial con un programa radiofónico que permitió recaudar las primeras 190.000 pesetas para conseguir que se pudiera frenar el embargo.