Una vez terminado el Coso, el objetivo de la peatonalización se centra en la plaza de Navarra

Huesca

El Ayuntamiento de Huesca ha inaugurado el último tramo de la peatonalización del Coso, el tramo entre la calle Amistad y la plaza Inmaculada, cuenta ya con plataforma única, nueva iluminación, mobiliario urbano y mejora de las diferentes redes. Ahora el objetivo es continuar en la zona de la plaza de Navarra y en sus calles adyacentes.

Justo antes de las fiestas de San Lorenzo se han concluido las obras de peatonalización en el tramo comprendido entre la plaza de la Inmaculada y la calle Amistad, el coste de la actuación ha sido de 1,4 millones de euros, de los que unos 390.000 se han sufragado con fondos europeos.

Lorena Orduna, alcaldesa de Huesca, mostraba su satisfacción por la finalización de este tramo, parte de un proyecto iniciado en el mandato de Ana Alós en el consistorio oscense y que ha supuesto un importante cambio urbanístico en la ciudad.

“No inauguramos simplemente un tramo de una calle”, explicaba en el acto de la inauguración, “hoy damos otro paso firme en la historia urbana de nuestra ciudad”. Una arteria importante para la ciudad en la que el peatón gana espacio y en la que se espera también un impulso para los comercios que en ella habitan.

Joaquín Sánchez, el arquitecto de la obra, destacaba los pasos que se han dado en esta mejora y que el ligero retraso se ha dado debido a las lluvias y a la aparición de vestigios arqueológicos, algunos ya en el Museo Provincial.

Esta zona cuenta ya con un paseo centra de cuatro metros y medio, unas redes de saneamiento totalmente renovadas, nuevo mobiliario, iluminación y un espacio totalmente nuevo y amplio para que el peatón siga ganando espacio y movilidad.

La alcaldesa explicaba también que ahora el principal objetivo es continuar con la mejora de las calles del centro de la ciudad y que las próximas actuaciones estarán centradas en la plaza de Navarra y en su entorno.

Las obras

Los trabajos, ejecutados por la UTE Domec SL + Vialex Constructora Aragonesa SLU, se realizaron durante nueve meses, iniciándose en noviembre pasado y culminando a tiempo para las fiestas patronales de San Lorenzo.

Las principales actuaciones de esta profunda transformación han sido la renovación completa de la red de saneamiento y de la red de agua potable; la sustitución de la canalización de alumbrado público y baja tensión, así como renovación de elementos de iluminación, con una luminaria más uniforme y eficiente; la instalación de una red específica para telecomunicaciones; la implantación de sistemas de riego donde era necesario, para mantener el nuevo arbolado y vegetación; la colocación de dos islas de contenedores soterrados para residuos urbanos; la plantación de 18 árboles, integrados en el trazado urbano; la incorporación de bancos y sillas distribuidos por todo el recorrido, así como papeleras y una fuente en la plaza de la Inmaculada.

Se ha creado una plataforma única de pavimento, eliminando barreras arquitectónicas y aceras tradicionales para favorecer la movilidad peatonal. El mobiliario urbano está organizado en una “banda funcional” que permite la celebración de eventos como procesiones, cabalgatas o actos deportivos sin obstáculos.

El proyecto realza también la estética de la zona, poniendo en valor las fachadas emblemáticas, como las del Teatro Olimpia, el edificio de Ibercaja o el colegio de Santa Ana.

Restos arqueológicos

Durante los trabajos, recordaba la alcaldesa, “apareció una lápida romana ubicada en la actualidad en el Museo de Huesca, que nos recuerda que bajo nuestros pies se encuentra la memoria de siglos, y que la historia de Huesca siempre nos acompaña, incluso cuando construimos su futuro”. El arquitecto director de la obra, Joaquín Sánchez Climent, indicaba que “hubo una arqueóloga durante toda la ejecución de las obras que supervisaba los movimientos de tierra, llevaba el control y lo tenía todo documentado”.