Lambán, el Presidente de lo imposible
El ex secretario general de los socialistas aragoneses logró un cuatripartito insólito y mantuvo su voz propia hasta el final

Javier Lambán en 2023, cuando era Presidente de Aragón. EFE/Javier Cebollada / Javier Cebollada Javier Cebollada (EFE)

Zaragoza
Ha muerto Javier Lambán, el presidente de Aragón que consiguió lo imposible en estos tiempos, mezclar izquierdas y derechas en un pacto de gobierno -el del PSOE con el PAR, CHA y Podemos- que se mantuvo toda una legislatura (2019-23) y entonar su voz propia durante dos (2015-23) contra el viento y la marea del aparato de su propio partido. Nada habitual en momentos en los que el que se mueve ya no sale en la foto.
Lambán se movió mucho para ser el líder de los socialistas aragoneses. Y su trayectoria política hace gala, primero concejal y después alcalde de su pueblo, Ejea de los Caballeros (Zaragoza) al que volvía cada día al acabar su jornada también en los ocho años de presidente, después responsable máximo de la DPZ para acabar como presidente de Aragón en el 2015 tras los cuatro años de Luisa Fernanda Rudi (PP) y finalizar su carrera como senador hasta enero de 2025.
Rosa y espinas
Consiguió el poder orgánico del partido de la rosa, pero acabó pichándose con sus espinas. Enfrentado a las políticas de Pedro Sánchez, especialmente las que consideraba privilegiadas para Cataluña, Lambán mantuvo esa voz propia que fue el eslogan de su última campaña electoral, la que perdió frente a un Jorge Azcón que hasta el final lo consideró un duro y desafiante adversario. El hasta entonces líder de los socialistas aragoneses no cambió nunca de discurso. Más presidente de Aragón que secretario general de su partido, puso por delante la comunidad y protagonizó muchos rifi-rafes sonados con el jefe, Pedro Sánchez. A Javier Lambán el PSOE de toda su vida, el de González, Guerra y Rubalcaba, se le quedó para el libro de memorias, y no se reconocía en el del actual secretario general, más virado a la izquierda de sus socios y hacia un PSC del que el aragonés recelaba.
Fueron las políticas de Sánchez sobre Cataluña las que dinamitaron una relación que ya de por sí no se cogía ni con pinzas. De Susana Diaz, su oponente en las primarias, llegó a decir que era “una trianera tocada por los dioses de la política”. Así era, de filias y fobias, nada de medias tintas, y nunca se acostumbró a las formas ni fondos del actual secretario general.
Aragón, por encima de todo
Lambán pensaba que Aragón perdía si se quedaba entre la rica Navarra o la que consideraba privilegiada Cataluña, y lo dejó claro hasta el final. No evadía preguntas difíciles, y casi siempre hablaba desde el convencimiento, tuviera o no razón. Y así dijo que le gustaría que lo recordaran. Fue en una entrevista en la Rebotica, que olía a despedida, porque además del avance de su enfermedad, ya había escrito sus memorias. Con casi 500 páginas, “Una Emoción Política” era en realidad un testamento vital. Javier Lambán quería poner blanco sobre negro, agradecer a quién considerara -desde su maestro en Ejea hasta todo su equipo como presidente, o casi- y dejar bien claro su legado para que nadie se lo apropiara, especialmente el que llegó detrás ganándole en las urnas, el popular Jorge Azcón.
La firma de Javier Lambán y su gobierno están estampadas en la potencia renovable que es ahora -para lo positivo y no tanto- la comunidad aragonesa, y también los primeros acuerdos con las grandes tecnológicas que ahora llenan de centros de datos la provincia de Zaragoza. Impulsó la logística que Rudi había dejado renqueante y apostó por el autogobierno, la Constitución y España desde el Aragón pacífico y sin tensiones nacionalistas. Lambán era muy aragonés, pero no aragonesista, somarda y hasta seco, pero se enternecía hablando de sus nietas y de su visión del territorio. Cuando hace cuatro años anunció que padecía cáncer lo hizo sin rodeos ni grandilocuencias, subrayando que mantendría su compromiso hasta el final. Solo hace unos días me envió al whatsapp su último artículo, “Oros en Cataluña, bastos en el resto, se titulaba”. Ha sido la enfermedad la que le ha puesto un punto final que no hubiera querido escribir.
Descanse en paz el presidente del cuatripartito insólito y la voz propia.




