Preparar el paisaje, clave para frenar los incendios forestales
Las hojas secas caen antes por el calor extremo y se convierten en combustible altamente inflamable
Dehesa y bosques extremeños alimento para las abejas / Cadena SER
Zaragoza
Los veranos cada vez más largos y secos están provocando la caída prematura de las hojas de los árboles, un fenómeno que, lejos de ser anecdótico, se convierte en un factor clave en la proliferación de incendios forestales. La falta de humedad convierte estas hojas secas en un combustible altamente peligroso, especialmente cuando las altas temperaturas aceleran su desprendimiento.
Marcos Rodrigues, investigador de GeoForest, advierte que las olas de calor que se están registrando en agosto están generando condiciones propicias para que los árboles entren en un periodo de “excedencia anticipada”, es decir, que la arboleda deja de crecer y pierden sus hojas antes de tiempo. “Es estrés puro y duro, muchas veces hídrico, por no poder mantener la estructura”, explica Rodrigues, subrayando el impacto directo del cambio climático en la vegetación.
Ante este escenario, la preparación del paisaje se vuelve fundamental para prevenir incendios. Rodrigues señala que uno de los principales problemas en Aragón es el abandono agrícola, que no solo implica dejar de cultivar, sino también dejar de aprovechar los montes. “No se extrae leña, no hay ganadería… y eso hace que la vegetación crezca de forma descontrolada”, apunta.
La gestión forestal, por tanto, requiere planificación y, sobre todo, tiempo. “Sí se puede prevenir, pero es algo que requiere una planificación y un plazo temporal bastante largo. Es decir, hay que mantenerlo sostenidamente en el tiempo para que tenga un efecto duradero”, concluye el investigador.