“Me apetecía un cambio”: Miles de estudiantes universitarios se preparan para su Erasmus
Nervios, ilusión y ganas de descubrir el mundo marcan el inicio de una experiencia que va más allá de lo académico


Zaragoza
Es tiempo de maletas, de despedidas… y de Erasmus. Como cada año, miles de estudiantes de la Universidad de Zaragoza se preparan para vivir una de las experiencias más emocionantes y transformadoras de su etapa universitaria. Este curso, casi 1.400 jóvenes han decidido dar el salto y estudiar en otro país.
Italia, Polonia y Alemania siguen siendo los destinos favoritos, aunque cada vez hay más estudiantes que se atreven con lugares menos habituales, como Rumanía. La elección del destino depende de muchos factores: desde el idioma hasta la cercanía cultural. “Me voy a Alemania porque ya sé hablar alemán y me parecía una ventaja”, cuenta una estudiante. Otra joven explica que eligió Verona “porque está más o menos cerca de España y es una cultura parecida”.
Pero antes de partir, los sentimientos se mezclan. La ilusión por lo que está por venir convive con los nervios y las dudas. “Ahora que llega el momento, cada vez tengo menos ganas, pero supongo que le pasa a todo el mundo”, reconoce una estudiante. Otra joven admite que su mayor miedo es “haber idealizado demasiado el Erasmus”, mientras que otro confiesa su temor a “no adaptarse bien o sentirse solo”.
Lo que todos tienen claro es que buscan algo más que estudiar fuera: quieren vivir algo diferente, salir de su zona de confort y crecer como personas. “Me apetecía un cambio e irme a estudiar fuera un tiempo”, explica una de las participantes. Para otros, el atractivo está en “vivir experiencias nuevas y ver cómo se vive en el extranjero”, o en la posibilidad de explorar su pasión por “la gastronomía, el arte y la arquitectura de otros países”.
Claro que no todo es fácil. Buscar alojamiento, adaptarse a otra cultura o enfrentarse a trámites administrativos puede ser un reto. “El proceso es un poco estresante, porque hay que hacer muchas cosas y las administraciones a veces son lentas”, comenta una estudiante. Otro añade que “en Italia es difícil encontrar alojamiento que se ajuste a tus necesidades y no se dispare de precio”.
Para quienes ya han vivido esta experiencia, el Erasmus es mucho más que estudiar fuera: es una lección de vida. Aprender a valerse por uno mismo, convivir con lo desconocido y descubrir que el mundo es mucho más grande y más cercano de lo que parece.




