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Sociedad

Este es San Jorge, el nuevo cabezudo de Miralbueno

La comparsa del barrio zaragozano, una de las más grandes de Aragón, la forma un grupo de chavales del barrio que sacarán cada día a la calle a cuarenta cabezudos

Entrevista Saúl López, cabecilla de la comparsa de Miralbueno

Zaragoza

El barrio zaragozano de Miralbueno está a punto de celebrar sus fiestas y lo hará con un motivo especial: su comparsa de cabezudos, formada íntegramente por jóvenes del barrio, se ha consolidado como una de las más grandes de Aragón. Lo que comenzó como una afición adolescente se ha transformado en un proyecto colectivo que mueve a cientos de personas y que este año estrena nuevos personajes, entre ellos uno muy simbólico: San Jorge.

El impulsor de esta aventura es Saúl López, que con apenas 15 años convenció a sus amigos para rescatar la tradición. “He pensado que era como organizar una pachanga de fútbol en clase: coges a tres que no saben jugar y les animas a participar. Así he hecho con los cabezudos”, ha contado. Con esa energía juvenil, lo que al principio parecía un entretenimiento se ha convertido en una comparsa de 37 cabezudos adultos, cuatro cadetes, cuatro infantiles, un gigante y un carretón, todos ellos listos para salir a la calle en las fiestas. En total, alrededor de 100 personas participan en la organización, el vestuario y las salidas.

Grupo de chavales de Miralbueno que saca la comparsa a la calle

Uno de los momentos más esperados de estas próximas fiestas será la presentación del nuevo cabezudo de San Jorge, que además tiene un significado especial. “Hemos querido hacer honor al patrón de Aragón y lo hemos fabricado nosotros mismos desde cero”, ha explicado Saúl. El diseño se ha inspirado en una estatua del barrio, lo que añade un guiño local a la figura. El estreno oficial tendrá lugar en los actos previos al pregón, aunque será ese día cuando San Jorge corra por primera vez entre los niños del barrio.

La comparsa, sin embargo, no se limita a salir en fiestas. Los jóvenes también organizan talleres para que los más pequeños aprendan a pintar cabezudos o manejar látigos, transmitiendo así la tradición de generación en generación. Además, colaboran con colegios, asociaciones y residencias. “Hemos arreglado y comprado la mayoría de los cabezudos con nuestro propio dinero, y hemos participado en actividades solidarias. La gente joven en Miralbueno ha demostrado que es de diez”, ha subrayado orgulloso López.

Este año, junto a San Jorge, se incorporan otros ocho cabezudos que rinden homenaje a lugares y oficios vinculados al barrio. Entre ellos hay referencias al campo de béisbol de Miralbueno, al antiguo cuartel de aviación de San Lamberto, a la Plaza de la Rosa o a la agricultura tradicional. De este modo, los niños no solo disfrutan corriendo delante de los cabezudos, sino que también aprenden historia local a través de ellos.

El proyecto tiene también una dimensión sentimental. Saúl ha confesado que su pasión nació gracias a su abuelo, que le llevaba a ver las comparsas de distintos barrios de Zaragoza desde pequeño. “Mi regalo de comunión fue un cabezudo que hice yo mismo, y desde entonces esto se convirtió en una obsesión”, ha recordado. Ese vínculo familiar ha sido clave para transmitir a sus amigos el entusiasmo por mantener viva la tradición.